Steven Hippler, un juez de Idaho, en Estados Unidos, ha condenado a cadena perpetua a una mujer de 29 años por el papel que desempeñó en el asesinato de su hijastro de 9 años, Emrik Osuna.
La libertad condicional nunca será posible para Monique Osuna, quien previamente se declaró culpable de asesinato en primer grado. Ella conoció este pasado jueves su merecido porvenir en una sala del tribunal del condado de Ada.
A cambio de sus declaraciones de culpabilidad, Osuna y su esposo, el padre biológico de Emrik, Erik Osuna, quien también se declaró culpable de asesinato en primer grado, se libraron de posibles sentencias de muerte, según indicaron los fiscales en un comunicado.
Y es que, si bien los investigadores dijeron que fue Monique quien llevó a cabo la mayor parte de los abusos, Erik hizo poco o nada por impedirlo.
Buena parte de los abusos sufridos por el pequeño fueron recogidos gracias a las cámaras de seguridad que los sospechosos habían instalado en el apartamento, con el objetivo de vigilar a la niñera.
Emrik murió el 2 de septiembre de 2020 en el Hospital St. Luke's, en la localidad de Boise, después de meses sufriendo auténticas vejaciones emocionales y físicas. Durante este mismo periodo, se le privó de alimentos y se le obligó a hacer ejercicio hasta 20 horas seguidas.
Durante el juicio se mostraron fotos de la autopsia, en las que se pudo observar cómo el cuerpo del menor estaba repleto de enormes hematomas. Además, Emrik pesaba tan sólo 18,5 kilos en el momento de su muerte.
El fiscal del condado de Ada, John Dinger, describió de manera sencilla la situación del hogar de Emrik: "un infierno". El detective Eric Stoffle recordó una escena particularmente desgarradora en la que un Emrik desesperado, mientras lo obligaban a hacer ejercicio a las tres de la madrugada, de repente se detiene para preguntarle a Dios por qué le está pasando eso.
Stoffle señaló que en otras imágenes se ve a la madrastra golpeando al menor con una sartén, gritándole en la cara y negándole la comida mientras sus hermanos se alimentaban delante de él.
Monique fue captada también burlándose del niño por tener hambre y diciéndole que se comiera sus propias heces. "Pero mamá", afirma Emrik en el vídeo, "no quiero morirme de hambre".
Otro investigador apuntó que los animales en la casa de Emrik recibieron un mejor trato que el pequeño, quien tuvo que echar mano de la comida para perros y de los restos de la basura. Además, por orden de su madrastra, la víctima tuvo que beber agua del inodoro para calmar la sed.
Antes de sentenciarla, Hippler añadió que las acciones de Osuna fueron "sádicas, malvadas y despiadadas". Aún no se ha fijado una fecha para la condena de Erik Osuna.