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Francia ha dado la voz de alarma tras las centenares de denuncias que ha recibido en los últimos meses. En el mes de mayo se han disparado los casos de clientes de discotecas que han denunciado haber recibido un pinchazo, una inyección, por parte de un desconocido. La mayor parte de los casos se han registrado en mujeres.
Los hechos ocurren en distintas ciudades de Francia, pero también se han detectado ya casos en Reino Unido, Bélgica y Holanda, lo que hace temer lo peor entre las autoridades.
Estos pinchazos vienen acompañados de mareos, nauseas y molestias. Por el momento los investigadores desconocen qué contienen estas inyecciones y los motivos de los atacantes para hacerlo. Solo en dos casos detectados en Roanne (Loira) y en los Pirineos Orientales se detectó GHB, un potente psicotrópico. Esta droga es un polvo blanco inyectable que es indetectable en la sangre horas después de la inyección.
Desde el Ministerio del Interior han compartido un mensaje en su cuenta de Twitter en el que advierten de esta situación: "Por la noche y en lugares festivos, manténgase alerta contra el riesgo de pinchazos salvajes. Si cree que es una víctima, presente una denuncia en la estación de policía".
Hasta el momento, ningún presunto autor ha sido arrestado, pero ya se han contabilizado más de 300 denuncias en todo el país.
Ante esta oleada de denuncias, la policía y los encargados de los locales de ocio nocturno están redoblando su vigilancia. Las autoridades además están realizando operativos de prevención visitando establecimientos por sorpresa.
El fiscal de Nantes, Renaud Gaudeul, aseguraba a principios de este mes que la mayoría de las víctimas son mujeres de entre 18 y 24 años.
Estos pinchazos provocan síntomas inmediatos: "sueño, vómitos, pérdida de conocimiento o lagunas de memoria", narraba el fiscal, según recoge France Info.
Una de las víctimas, una joven de 21 años, aseguró que sufrió uno de estos pinchazos en un bar de Nantes el pasado abril. La joven sintió "sudores fríos, náuseas, escalofríos y vértigos", y a la mañana siguiente descubrió que tenía un punto rojo en su brazo rodeado de un círculo azulado. Una situación que está sembrando el pánico entre los jóvenes, sobre todo mujeres, de Francia. El sector del ocio nocturno también está preocupado ante este aumento incesante de las denuncias, que han provocado un clima de intranquilidad en el país.