Las imágenes de caos e incidentes y los testimonios de aficionados que acudieron a la final de la Champions -en la que el Real Madrid se alzó con la Copa frente al Liverpool- han sacado los colores a Francia. El Gobierno atribuyó parte de lo ocurrido a la existencia de un "fraude masivo" de entradas falsas que provocó el colapso y señaló a los hinchas ingleses. Pero testigos de los dos equipos han relatado cómo grandes grupos de jóvenes locales, que merodeaban por los alrededores del estadio, aprovecharon la confusión para colarse, amenazar, robar o asaltar a los aficionados.
Más allá de las responsabilidades organizativas, otras cuestiones extradeportivas se ponen sobre la mesa tras lo sucedido. El Stade de France de París en el que se celebró el evento deportivo está situado en el suburbio de Saint-Denis, al norte de la capital francesa. Una zona que es el reflejo de una fractura social: los problemas en la banlieue, como se denomina a los barrios periféricos de las grandes ciudades.
El estadio de Saint-Denis será también clave en los Juegos Olímpicos de París 2024. Tras los altercados, las autoridades francesas analizan lo ocurrido. Pero, ¿cómo es Saint-Denis, el suburbio que se convirtió en pesadilla para algunos de los aficionados el pasado sábado?
Días antes de la final de la Copa de Europa de fútbol, una declaraciones del exjugador Thierry Henry (que fue campeón del mundo con la selección francesa en 1998) desataron la polémica. Durante una entrevista con un medio americano, habló de la ubicación del estadio. "Saint-Denis no es París", dijo. "Creáme, a usted no le gustaría estar en Saint-Denis", afirmó el exfutbolista del Arsenal y del Barça a un periodista. Sus afirmaciones causaron controversia en Francia. Él mismo (nacido en Ulis, Essonne) fue un niño de la banlieue.
El alcalde socialista del municipio, Mathieu Hanotin, respondió ofendido: "Tienes razón, Saint-Denis no es París. Saint-Denis es una ciudad en la que la tasa de pobreza (un cuarto de la población) es muy importante. El porcentaje de alojamientos indignos es, desgraciadamente, uno de los más grandes de Francia. La inseguridad en el espacio público es un flagelo que no hemos podido contener, pero estamos trabajando duro contra ella". Por otro lado, destacó que es una de las ciudades de Île-de-France (o Región parisina) "en las que más empresas se crean" y destacó su "gigantesco potencial".
Tras los incidentes del día de la final, este martes el alcalde ha lamentado "un problema de delincuencia" y el que el municipio se haya convertido "en un punto de encuentro", según ha dicho en BFMTV.
Esos barrios-ciudades en la periferia de las grandes urbes en los que se forman guetos ponen en evidencia las fallas del modelo de integración. De la pobreza como caldo de cultivo de la violencia. En esas zonas se detecta también un incremento del islamismo entre las generaciones más jóvenes de descendientes de inmigrantes que suplen así, a veces, su problema de identidad (el no sentirse ni francés ni del país de origen) por el sentimiento de pertenencia que les ofrece la religión.
El municipio Saint-Denis se integra en el departamento de Seine-Saint-Denis; es el departamento más pobre de Francia (donde la tasa de pobreza duplica la media nacional); también el más joven y el que tiene la mayor proporción de inmigrantes. Casi el 60% de los habitantes de ese departamento (58'4%) manifiestan que viven con un sentimiento de inseguridad, según un sondeo l’Institut Paris-Région. En un informe de diciembre de 2020, el 43% señalaba problemas de droga, el 41% de vandalismo, el 38% la presencia de pandillas juveniles molestas y el 44% una gestión urbana insuficiente. De forma global, la mitad de sus habitantes considera que la presencia policial en sus barrios es insuficiente o, incluso, inexistente.
El Gobierno francés ha recibido críticas por el caos en la organización de la final. El izquierdista Jean-Luc Mélenchon, líder de la Francia Insumisa, ha declarado que "la imagen es lamentable y es preocupante porque se ve que no estamos preparados para albergar unos Juegos Olímpicos". La ultraderechista Marine Le Pen ha calificado de "humillante para Francia" lo ocurrido y ha acusado al ministro del Interior, Gérald Darmanin, de ser “incapaz de mantener el orden". El también ultraderechista Éric Zemmour, por su parte, ha dicho que siente "tristeza al ver que la ciudad de los Reyes se convierte en un enclave extranjero".