La primera gira por Asia del presidente de Estados Unidos, Joe Biden llegó a su fin con el objetivo que se había propuesto cumplido: dar un toque de atención a la República Popular de China. El máximo mandatario estadounidense envió un doble mensaje al gigante asiático, por un lado expresó que no se quedará de brazos cruzados ante un ataque militar a Taiwán y, por otro, afianzó alianzas estratégicas en la región del Indopacífico con sus socios del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (QUAD) -Japón, India y Australia- e implantó un Marco Económico de Prosperidad en el Indopacífico (IPEF) junto a 13 naciones de la zona. En ambos casos, el propósito es el mismo, y es el ofrecer alternativas a la región frente al expansionismo económico de China y contrarrestar su estrategia militar con el comodín de la invasión de Rusia a Ucrania. Este conflicto estuvo presente como telón de fondo y le sirvió para presentarse como guardián del orden internacional.
Los mensajes de Biden han encontrado respuesta. Además de la retórica usada por China respecto de las declaraciones del presidente de EE.UU. -del tipo “están jugando con fuego”-, también se produjo una reacción militar. Mientras los líderes del QUAD se reunían en Tokio, bombarderos chinos y rusos llevaron a cabo operaciones de vuelo conjuntas alrededor de Japón. El ministro de Defensa, Nobuo Kishi, calificó estos movimientos de especialmente “provocativos”, al producirse durante una cumbre donde todos los ojos estaban puestos en las propuestas de Biden. No en vano, el Indopacífico aglutina la mitad de la población mundial y un 60 por ciento del producto interior bruto mundial. Las palabras del máximo mandatario estadounidense se han escuchado con mucha atención, y si para China son un “caparazón vacío”, para países como Malasia, Nueva Zelanda, Vietnam, Brunei o Singapur el discurso de Biden ha sido acogido de buen agrado.
“El futuro de la economía del siglo XXI se escribirá en el Indopacífico. EE.UU. está profundamente comprometidos a largo plazo en el Indopacífico y listos para cumplir con nuestra visión de un futuro positivo para la región. Es una prioridad en nuestra agenda y seguiremos trabajando para seguir progresando cada día para desarrollar beneficios reales y sólidos para toda nuestra gente. Por eso creo que juntos vamos a ganar la competición del siglo XXI”, aseguró Biden durante la cumbre.
En esta maratón, China le saca varios cuerpos de ventaja a EE.UU.. Desde que Donald Trump abandonara el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica en 2017, el gigante asiático ha tenido vía libre para ganar influencia económica en varias naciones del Indopacífico. El IPEF se ha convertido en una alternativa al proyecto anterior, que pretendió sentar las bases para la liberación del comercio en la región en un futuro. Está por ver si la propuesta estadounidense sirve para cumplir con su visión de “ganar la competición” a China.
“Comencemos con nuevas reglas que gobiernen el comercio, los bienes digitales y lo servicios para que los países no tengan que ceder propiedad tecnológica para hacer negocios en un país. Creemos una cadena de suministros única, que elimine los cuellos de botella en las cadenas de suministros fundamentales y desarrollemos sistemas de detección temprana que nos permitan identificar problemas antes de que ocurran”, aseguró. “Alcancemos también compromisos para la energía limpia y la decarbonización”, esgrimió durante su discurso en Tokyo.
Gracias a la visita de Biden, el QUAD ha vivido un proceso de revitaliación. Una de las incógnitas era cómo se posicionaría India ante una potencial invasión de China a Taiwán, ya que es una de las dos naciones, junto a sus vecinos asiáticos, que no han condenado formalmente la invasión de Rusia a Ucrania. Narendra Modi y los tres máximos mandatarios de Australia, EE.UU. y Japón firmaron un comunicado conjunto en el que se comprometen a salvaguardar la soberanía territorial de todos los Estados, una idea que ha sido interpretada como de apoyo a Taiwán, a pesar de no ser un país reconocido.
“Hemos debatido nuestras respectivas respuestas al conflicto de Ucrania y a la trágica crisis humanitaria en curso, y hemos evaluado sus implicaciones para el Indopacífico”, reza el comunicado. “Los dirigentes del QUAD reiteramos nuestra firme determinación de mantener la paz y la estabilidad en la región. Subrayamos inequívocamente que la pieza central del orden internacional es el derecho internacional, incluida la Carta de las Naciones Unidas, el respeto de la soberanía y la integridad territorial de todos los Estados. También hemos subrayado que todos los países deben buscar la resolución pacífica de las disputas de acuerdo con el derecho internacional”.
Los cuatro países aceptaron durante la cumbre nuevas iniciativas sobre el intercambio de información marítima, las vacunas Covid y el clima. Los integrantes de este diálogo coinciden en que es un componente fundamental de la estrategia de política exterior que hace mucho hincapié en cultivar las relaciones a lo largo y ancho del continente asiático. China ha criticado esta iniciativa y la ha comparado con una “OTAN del Indopacífico”, intención que ha sido desmentida por los estadounidenses. “Una vez me preguntó el líder de China por qué seguía hablando de ser una potencia del Indopacífico. Y le dije: ‘Porque lo somos. Compartimos el Pacífico, todo un lado de nuestro país’. Y hemos estado profundamente involucrados con todos ustedes durante mucho tiempo”, apuntó Biden en otro discurso pronunciado durante su gira asiática y previo a la cumbre. Biden ha dejado claro que la invasión de Rusia a Ucrania no ha conseguido otra cosa que “aumentar la importancia de proteger los principios fundamentales, el orden internacional, la integridad territorial, la soberanía, el derecho internacional y los derechos humanos”. Se ha presentado como garante de la paz en la región y se ha mostrado positivo de cara al futuro.
En poco tiempo, hemos demostrado que el QUAD no es una moda pasajera. Vamos en serio. Estamos aquí para conseguir cosas para la región. Y estoy orgulloso de lo que estamos construyendo juntos. Espero que nuestra asociación vital florezca y durante muchos años”, aseveró.
Algunos analistas han acogido la retórica en Asia de Biden, especialmente en lo relativo a Taiwán, con optimismo ya que podría servir para dejar las cosas claras a China y servir para disuadirla de invadir la isla, mientras que otros la perciben como una provocación que podría tener una la consecuencia contraria: una escalada que acabe en guerra entre las dos potencias.