La Asociación Nacional del Rifle (NRA) lo llama 'el arma de América'. Pero el fusil AR-15 es en realidad el arma de las matanzas en América. Uno de esos rifles semiautomáticos, legal para uso civil, fue el que empleó Salvador Ramos en la masacre de Robb Elementary School de Uvalde, en Texas. Ramos, de 18 años, tenía edad legal para adquirir ese arma, junto a los 375 proyectiles que se le incautaron.
El AR-15 es tan popular como mortífero en Estados Unidos, un arma "fiable y segura", según la NRA. El pasado 18 de mayo se usó en el tiroteo de Buffalo, con 10 muertos. Se empleó también en matanzas como la de Sandy Hook Elementary School (26 muertos en 2012), Las Vegas (60 muertos en 2017) o en la mezquita de Christchurch, Nueva Zelanda (51 muertos en 2019), una tragedia que llevó a la primera ministra Jacinda Ardern a promover una ley para prohibir armas de fuego semiautomáticas, cargadores y piezas que pueden emplearse para ensamblar armas de fuego prohibidas.
Según la NSSF (National Shooting Sports Foundation), una de cada cinco armas de fuego adquiridas en Estados Unidos es un rifle AR-15, una denominación genérica que se refiere a un amplio número de rifles semiautomáticos de uso civil, diseñados como versiones tácticas del rifle militar original, el M16. Aunque el cálculo es impreciso, el NSSF calcula que en el país hay más de 10 millones de AR-15 en Estados Unidos.
Las iniciales AR se refieren a ArmaLite, la empresa californiana que en 1950, con asesoría de un infante de marina, desarrolló el modelo, cuya patente luego vendería a Colt´s Manufacturing Company. Hoy en día, casi todas las grandes marcas fabrican fusiles bajo la denominación AR-15. Que sea semiautomático se traduce en que el usuario debe apretar el gatillo para disparar cada bala, pero el arma se prepara automáticamente para disparar de nuevo.
El AR-15 es un fusil de asalto de 5,56 mm, de unos tres kilos, accionado por gas y alimentado desde un cargador, que tiene un cerrojo rotativo y un diseño lineal. Es fácil de ensamblar, modificar y reparar usando unas cuantas herramientas simples.
Los usuarios destacan la versatilidad del fusil, que tiene infinidad de versiones y que oscila entre los 600 y los 1.200 dólares. Se emplea en prácticas deportivas, en caza y como arma de autodefensa. “Es personalizable, adaptable, confiable y precisa y puede utilizarse tanto para tiro deportivo, caza y defensa personal. La capacidad de los AR-15 para que cada usuario lo pueda adaptar a su gusto es una de las razones que los hace únicos”, dicen los fabricantes.
Con cada matanza, sus ventas aumentan, ante el temor de que las autoridades promuevan su ilegalización, como ya ocurrió en 1994, bajo la administración de Bill Clinton. Durante 10 años, fue un fusil proscrito, hasta que en 2004, con George Bush en la Casa Blanca, el AR-15 volvió a las armerías.