Las 10 lecciones que nos dejan las elecciones en EEUU
Las encuestas fallaron, Trump nunca defrauda, las minorías no votan como bloque o la sombra del Supremo es alargada, algunas de las enseñanzas electorales
1.- No hay que dar nada por ganado ni por perdido hasta el último voto contado. Y aún así, siempre quedan los tribunales, como se demostró en las elecciones de 2000 entre Gore y Bush. . La diversidad del pueblo estadounidense hace que los resultados se ajusten extraordinariamente y cada voto en los estados decisivos es crucial.
2.- No minusvaloren a Trump. El actual presidente ha demostrado que su triunfo hace cuatro años no fue por los manejos de Rusia, ni por las fakes news que engañan a incautos. Fue porque así lo quisieron los votantes y en estas elecciones lo han vuelto a dejar claro. Ya todo el mundo conoce la mercancía que vende Trump y millones de estadounidenses se la han comprado con gusto. La gente no vota mal, vota lo que quiere.
3.- California Y Nueva York no son EEUU. Son sólo una parte del país. Lo que reflejan las élites que tienen mucha presencia mediática no es lo que piensan (necesariamente) en todos y cada uno de los estados que eligen presidente.
4.- Sigue siendo la economía, estúpidos. La frase acuñada por James Carville, asesor de Bill Clinton en su triunfo frente a Bush en 1992, puede volver a aplicarse. Trump se ha apoyado en los buenos datos económicos logrados antes de la pandemia para llegar a muchos votantes preocupados por su bienestar.
5.- Estados Unidos aparece dividida en dos mitades y lo que es peor, enfrentada. Nunca la polarización alcanza las cotas actuales. Incluso en la manera de votar, los partidarios de demócratas y republicanos han optado por fórmulas distintas. Los demócratas recomendaron el voto por correo y por eso ahora albergan esperanzas de lograr la victoria.
6.- Trump nunca defrauda. Sus formas democráticas no alcanzan un estándar presentable en el mundo occidental. Nunca un presidente salió la noche electoral a decir que le querían “robar las elecciones” ni amenazó con ir a los tribunales antes de que se terminara el recuento sin que se sepa de ninguna irregularidad. Trump en estado puro.
7.- Las minorías no votan como bloque. El ejemplo de que el voto latino no ha abandonado a Trump es el triunfo en Florida. Tampoco el voto negro parece que haya sido decisivo. Querer establecer parámetros de conducta de grupo en estas minorías puede llevar a la equivocación. Los latinos de Florida (cubanos, venezolanos...) han votado en masa a Trump, pero los latinos de Arizona (de origen mexicano) le van a dar el estado a Biden.
8.- No hay que hacer caso de lo que digan las encuestas. Todas apostaban por el triunfo claro de Biden y todo se va a resolver por un puñado de votos. Nuevo patinazo para que los sociólogos estudien donde han vuelto a fallar.
9.- Las marcas blancas no apasionan. Biden no ha sido un candidato de tirón. Se presentaba como una marca blanca demócrata que no provocara los rechazos que suscitó Hillary Clinton, pero se demuestra que no ha logrado arrastrar lo que se pensaba, aunque aún pueda ganar. Y eso a pesar de la ingente cantidad de dinero invertida por su partido en estos comicios.
10.- Siempre nos quedará el Supremo. La prisa que Trump dio para nombrar días antes de las elecciones a una juez afín a su causa en el máximo tribunal de la nación tenía un significado. Puede que sea el Tribunal Supremo de los Estados Unidos quien decida quien ha ganado las elecciones como ya pasó en 2000. ¿Llegaremos tan lejos? Veremos.