Un bombero denuncia el abandono forestal que arriesga sus vidas y la extinción
"Hola amigos de Faceboolck, me llamo Manolo Mallol", así comienza el vídeo grabado por el bombero de Castellón y exconcejal del PP en L'Alcora, mientras participa en la extinción del incendio de la Sierra Calderon (entre Castellón d Valencia). El profesional denuncia que hay mucha vegetación que impide mover bien los equipos hasta los puntos donde es preciso hacer tareas de extinción, lo que también pone en peligro a los equipos humanos encargados de llevarlas a cabo. Y se dirige a los "políticos ecologistas", como responsables.
Desde el Gobierno de la Generalitat de Valencia contestan al profesional. Reconocen que durante 20 años, gobiernos del PP, precisamente, han ignorado las tareas de prevención, recortando los presupuestos, que, el ejecutivo de coalición ha aumentado. El Secretario autonómico de Medio Ambiente, Juliá Álvaro, argumenta también que la zona que señala el bombero es una zona de monte bajo mediterráneo con unas características que no se pueden variar por capricho. "Eso no es suciedad, eso es una parte del bosque mediterráneo, es lo que le da sentido, sirve para mantener la humedad".
En lo que todos coinciden es en que el monte, en concreto en la zona mediterránea está abandonado desde hace años, lo que supone una excesiva vegetación, que se comporta como combustible si se declara un fuego. "Y eso es un drama. La legislación valenciana, que obliga a tener planes de prevención de incendios forestales en todas aquellas poblaciones con alto riesgo de que se produzcan, no se cumple". Así habla Rafael Delgado, ingeniero de Montes y profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, que continúa. "Estamos en un sistema absurdo que gasta 20 veces más en extinción que en prevención, como gastar 20 veces más en quirófanos que en atención primaria. Necesitamos una política forestal seria y a largo plazo. No da resultados y es pernicioso."
Las organizaciones ecologistas, como WWF, llevan años reclamando políticas de desarrollo y gestión sostenible de los bosques. Con una vuelta a los usos tradicionales agrícolas, ganaderos, con incentivos fiscales a la saca de madera, a la biomasa. Para hacer rentables los montes a los municipios. Una tarea que también pasa por educar a los ciudadanos a respetar la naturaleza y a tener precaución ante un incendio forestal.