El trágico incendio de Atenas deja historias que encogen el corazón
Con sus dedos manchados de ceniza, Dágalos, arropado por su cuñado, rebusca en el suelo algún objeto de su esposa, junto al esqueleto de su coche, sobre lo que podrían ser sus restos mortales. Cuenta que cogió a su bebé de un mes, desesperado corrió hacia al mar, y al perderle la pista a su mujer cree que se quemó aquí. Durísimos relatos de los que lo han perdido todo, que pasean por barrios grises, arrasados, como la casa de una señora que nos enseña el que era su hogar, y con un hilo de voz, sin fuerzas, le dice a nuestro compañero que todos sus amigos han muerto. Historias que estremecen, ya que en pocos minutos vieron como bolas de fuego llamaban a sus puertas, inundando de terror su cuidad. “El fuego nos cortó el camino, nos dejó atrapados, la gente no sabía qué hacer, que dejar”, nos dice un superviviente. Y dejaron atrás todo para buscar auxilio en el mar, porque cuentan unos turistas finlandeses, el fuego les abrasaba su piel, y se metieron directos al agua, donde una mujer, que milagrosamente sobrevivió, pasó cerca de 6 horas sumergida, hasta que gente como Dimitri, con su barco, las rescató de morir ahogados. “Había muchos niños, rescatamos algunos, pero otros se ahogaron”. Perecieron decenas de personas en tierra y en el mar, en la peor tragedia que ha vivido el país heleno.