Este vuelo fue totalmente excelente", ha dicho el ex piloto de combate, de 48 años, después de aterrizar. Poco antes de descender, Rossy había saltado desde una avioneta situada a 2.300 metros de altura para desplegar las alas rígidas de 2,5 metros de largo que llevaba sujetas a la espalda.
El 'hombre pájaro', primero descendió en caída libre, luego siguió con un suave planeo y más tarde encendió las cuatro turbinas del sistema para acelerar la velocidad de vuelo.
Su madre, presente entre los espectadores durante la exhibición, ha asegurado que no sentía temor. "El sabe lo que está haciendo", ha expresado Paule Rossy sobre su hijo, que ahora opera aviones comerciales de empresas suizas.
Yves Rossy saltó a la fama en 2004, cuando se convirtió en el primer hombre en volar con la ayuda de un ala de carbono y cuatro reactores. EPF