El único miembro que puede salvar la Casa Imperial de Japón: la princesa Aiko no es una opción
Este 25 de junio, los emperadores Naruhito y Masako se reúnen con los reyes Carlos III y Camila con motivo de su visita de Estado a Reino Unido
La Casa Imperial de Japón vive una de las mayores crisis de su historia: sólo hay cuatro varones y uno de ellos es el único que podría salvar la dinastía
La Ley de la Casa Imperial de 1947 establece que sólo los varones pueden ascender al trono. Los emperadores sólo tienen una hija, Aiko
Este martes 25 de junio, el rey Carlos III y la reina Camila de Reino Unido reciben a los emperadores de Japón, Naruhito y Masako, con motivo de su visita de Estado. Este esperado viaje llega cuatro años después de lo que estaba previsto, cuando la pandemia lo hizo inviable.
Ahora, los propios soberanos británicos les darán la bienvenida. Disfrutarán de un paseo en carruaje hasta el Palacio de Buckingham y de un banquete de Estado por la noche al que también asistirán el primer ministro, Rishi Sunak, y el líder del Partido Laborista, Keir Starmer.
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Lo cierto es que este 2024 la dinastía reinante más antigua del mundo, la japonesa, no ha estado exenta de polémica. Y es que podría extinguirse dentro de poco. El emperador Naruhito y su esposa Masako se enfrentan a la mayor crisis de su historia: la Casa Imperial se queda sin varones.
Las mujeres no son una opción
La sucesión al trono del Crisantemo debería recaer en manos de su única hija, Aiko. Sin embargo, la línea sucesoria al trono imperial está restringida a los hombres, según la Ley de la Casa Imperial de 1947, que establece que sólo los varones pueden ascender al trono. En Japón, se cree que la continuidad de la línea masculina asegura la pureza y legitimidad de la sucesión.
Es por ello que, hasta la fecha, Aiko está desterrada, no puede ser la heredera y, de casarse con un plebeyo, será despojada de su título imperial y dejará de formar parte de la Familia Imperial.
La última esperanza de la Familia Imperial
En esta línea, quien ocupa el primer puesto en la línea es el príncipe Fumihito -hermano menor de Naruhito y tío de la princesa-. A él le sigue su hijo, el príncipe Hisahito, de 17 años, el único varón de la generación más joven de la Familia Imperial. De no tener un nuevo sucesor, Hisahito será el último en poder ser emperador, y con él, la dinastía desaparecería. El joven es la última esperanza.
La Casa Imperial sólo tiene 17 miembros, de los cuales sólo cuatro son varones y uno de ellos tiene 88 años. Pese a ello, el apoyo político para que Aiko sea la emperatriz es escaso, y todo parece apuntar a que la joven continuará su labor en la Cruz Roja japonesa.
En los últimos años ha habido propuestas para permitir que las mujeres puedan heredar el trono o, al menos, que sus hijos puedan ser considerados como sucesores. Sin embargo, estas soluciones han sido totalmente rechazadas por parte de los sectores más conservadores que consideran que cambiar esta regla pondría en peligro la tradición y la legitimidad histórica de la monarquía.
El debate sobre el papel de las mujeres
El debate sobre la sucesión también está influenciado por consideraciones más amplias sobre el papel de las mujeres en la sociedad japonesa. A pesar de los avances en igualdad de género, muchas instituciones y costumbres japonesas siguen siendo profundamente patriarcales, y la Familia Imperial no es una excepción.
Todo ello refleja las tensiones entre la preservación de la tradición y la necesidad de modernizase y adaptarse a los tiempos y a las necesidades.
Mientras el país mira hacia el futuro, la cuestión de quién puede heredar el trono del Crisantemo sigue siendo un misterio. ¿Podrá Japón equilibrar la tradición con la modernidad y abrir la puerta a una emperatriz en el futuro? La respuesta a esta pregunta podría redefinir no sólo la Casa Imperial, sino también el corazón mismo de la identidad japonesa.
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