Sofía, la gallega que ha logrado la máxima nota de España en el MIR, es ‘gamer’ y una virtuosa del piano
Sofía Haselgruber, graduada en Medicina por la Universidad de Santiago, ha sido la número uno de España en el examen MIR
Esta estudiante de Lalín (Pontevedra) podrá elegir la plaza que quiera y ya ha decidido que escogerá la especialidad de Dermatología
Esta brillante alumna cuenta a NIUS cómo ha sido su rutina de estudio y cuál ha sido el hobby que le ha ayudado a desconectar
Salió del examen con el convencimiento de que lo había hecho bien. Pero ni por asomo se imaginaba que ella sería la mejor de los 13.000 aspirantes a médico que se presentaron a la prueba. Con 182 aciertos y solo 18 errores, Sofía Mercedes Haselgruber de Francisco (Suiza, 1998) ha logrado ser la número uno en el examen MIR (Médico Interno Residente) de este 2022.
“Sí, es así, voy a poder elegir la plaza que quiera”, cuenta en una conversación telefónica a NIUS, todavía incrédula por lo que ha conseguido. Al ser la alumna con mejor puntuación podrá escoger de primera la plaza que más le guste de las 8.188 que ha convocado el Ministerio de Sanidad.
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Sofía tiene muy claro qué especialidad va a escoger. “Dermatología seguro”, cuenta. Sin embargo, tiene muchas dudas sobre qué hospital elegir. “Tengo que mirar qué posibilidades de investigación ofrece cada uno, si me permitirían hacer o no un doctorado después y, por supuesto, valorar lo que supondría irme a otra ciudad de España a nivel económico”, cuenta.
Tendrá que decidirlo antes de mediados o finales de abril. “Todavía no está fijada la fecha para la elección de plazas”, cuenta. Si finalmente se queda en casa, en su mente está el Hospital Clínico de Santiago, donde hizo las prácticas, y el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC). El deseo de Sofía es compatibilizar la atención a pacientes con la investigación.
La vocación la descubrió en segundo de carrera
Sofía, de padre austríaco y madre gallega, vive en Lalín (Pontevedra). “Nací en Suiza, pero me vine para Galicia con tres años. Así que sí, tú pon que soy gallega”, recalca. En esta localidad pontevedresa es conocida por haber tenido siempre un expediente brillante. Primero en sus estudios de Primaria en el CEIP Xesús Golmar y, después, en el IES Ramón María Aller Ulloa. Ambos son centros de enseñanza pública.
Con 17 años decidió inscribirse en la Universidad de Santiago de Compostela (USC) para estudiar Medicina. “No lo tenía nada claro. En Bachillerato solo sabía que me gustaban mucho las ciencias y que me interesaba la neurología y el cuerpo humano. Vi que Medicina tenía salida, que la nota me llegaba para acceder y decidí apuntarme”, cuenta.
No fue hasta segundo de carrera cuando se dio cuenta de que la Medicina era su vocación. “Al ver a mis profesores y al hacer las prácticas me di cuenta que quería ser médico y tener un trato directo con los pacientes”, explica. Nadie en su familia se había dedicado antes a la Medicina.
Ocho horas de estudio al día y un videojuego para desconectar
La preparación para lograr la mejor nota de España en el examen MIR duró siete meses. “Empecé de forma intensiva en junio, aunque ya en sexto de carrera había empezado a mirar algunas cosas”, confiesa. Decidió estudiar desde casa y no trasladarse a Oviedo, ciudad donde se encontraba la academia en la que preparó la prueba. “Nos permitían tener formaciones online y yo decidí evitar mudanzas y quedarme en casa, tranquila, estudiando”, cuenta.
Su rutina diaria era siempre la misma. Levantarse temprano y estudiar. “He sido muy constante, pero sin marcarme tampoco unos horarios fijos”, cuenta. Sus jornadas de estudio duraban entre siete y ocho horas diarias, fines de semana incluidos. “Lo llevé muy bien, sin agobios hasta el mes de enero, que fue el examen. Ese mes sí que me puse más nerviosa pensando que no me daba tiempo a mirar todo”, explica.
Sofía reconoce que todos los días ‘desconectaba’ de los estudios con la que es una de sus grandes aficiones: los videojuegos. “Desde pequeña siempre me gustaron y tuve todas las consolas”, cuenta. Durante el proceso de preparación, todos los días por la noche, jugaba a un videojuego alrededor de una hora, de forma online, con un amigo. Desconectada de la vida social durante siete meses, este era su momento de ocio.
No es su único hobby. También le encanta tocar el piano. Una afición que le ha llevado a ganar varios concursos. Obtuvo el título profesional de piano en el conservatorio. “En tercero de carrera tuve que dejar de ir a clases porque no tenía tiempo a todo”, cuenta. Ahora, quizá, podrá retomarlo.