Encarnación, de 88 años, vuelve a visitar la casa en la que nació. Se encuentra en Bexán, una aldea de O Saviñao (Lugo) que está deshabitada. Ella fue una de las últimas vecinas que se marchó de este lugar con vistas privilegiadas al embalse de Belesar. Fue en el año 2012.
Se emociona al volver al lugar en el que fue tan feliz. Le da pena pensar que allí, en la aldea en el que vivió con sus abuelos y luego formó su familia, ya no queda nadie. “Todas estas casas estaban llenas de vida”, rememora. Ahora es un lugar fantasma.
Camina por sus calles y recuerda a todos los que eran sus vecinos. Lo hace viendo sus fotos. Porque una asociación cultural de la zona ha colocado, en cada casa, los retratos de las personas que en el pasado dieron vida a aquel lugar.
Encarnación también aparece retratada, junto a su hijo y su nieta. Sus fotos están en la entrada del que fue su hogar. “Estaba llevando la hierba porque aquí había vacas, ¿sabes?”, explica mostrando su fotografía. Ahora vive en Escairón, a 8 kilómetros de allí, con su hijo. Cuenta que se marcharon allí cuando su nieta cumplió los tres años, ante las dificultades que existían con el transporte para que fuese al colegio desde la aldea.
Bexán es un ejemplo del abandono que sufren miles de núcleos de población de toda Galicia. En poco más de medio siglo, esta aldea de Lugo ha perdido más de un centenar de vecinos. Según los datos que figuran en el censo, en 1930 estaban empadronados allí más de 100 habitantes. 115, concretamente. Pero en los años 40 comenzó un declive poblacional imparable que se ha mantenido hasta la actualidad.
Algunos de los vecinos murieron y otros se marcharon a otras aldeas próximas o hacia las ciudades. Con su marcha, vino también el abandono paulatino de las tierras de cultivo y de la actividad ganadera. La mayoría de las 17 casas que hay en la aldea están actualmente en estado ruinoso y la maleza trata de abrirse paso.
El año pasado murió el que era el último habitante de Bexán.
La aldea de Bexán es una de las 853 entidades singulares de la provincia de Lugo que en el año 2020 no contaban con ningún habitante empadronado. “La exposición fotográfica tiene como objetivo llamar la atención sobre el grave problema de la despoblación que afecta al interior de Galicia y homenajear a las personas que vivieron en la aldea”, explica Nacho García, presidente de la Asociación Cultural Artística Sacra Art (ACASA) y promotor de esta iniciativa, que permanecerá activa hasta el próximo 15 de noviembre.
Este proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de personas que algún día vivieron en la aldea y que han abierto sus álbumes de fotos para hacer posible esta exposición. Personas como Rosario, una mujer que vivió toda su infancia en Bexán. Se emociona al ver los retratos de su bisabuelo, sus abuelos y su madre, fallecida hace año y medio, en la entrada de la que fue su casa.
Son los rostros de un despoblamiento que no se detiene.