La Audiencia Provincial de Lugo acaba de sentar en el banquillo a un hombre acusado de presuntos abusos sexuales a su hija de manera continuada durante 8 años, entre los 9 y los 17.

Junto a él se juzga a su pareja, que no es la madre de la niña, por un papel de cómplice, por, presuntamente, haber permitido y ocultado los abusos.

Según recoge el escrito de la Fiscalía, el varón comenzó a abusar sexualmente de su hija, realizándole tocamientos, cuando esta tenía solo 9 años, y a partir de los 13, a violarla “al menos dos veces por semana”, tapándole la boca para evitar que gritase. Y, tras forzarla, la amenazaba con que si lo contaba él iría a la cárcel y ella a un centro de menores. Además, según la acusación pública, la maltrataba de manera constante.

La pareja del acusado, que no tiene ningún lazo de sangre con la niña, también se enfrenta a la Justicia por, según la Fiscalía, ser conocedora de los abusos y no denunciarlos.

Ella niega los hechos, tal y como puede apreciarse en sus declaraciones en la vista oral, recogidas por la prensa local: “La relación que tenía mi marido con su hija era completamente normal. Nunca vi ningún tipo de agresión física ni sexual. No es cierto que yo viese cómo le pegaba con un cinturón ni como mantenían relaciones sexuales. Como mujer y madre, si hubiese visto todo eso, no estaría callada".

La Fiscalía solicita para el varón, vecino de Foz, 20 años de prisión: 15 por un delito continuado de agresión sexual, y 5 por maltrato. Y 12 años para su pareja: 10 por agresión sexual y 2 por maltrato. Además de las penas de prisión, la Justicia pide a los acusados una indemnización conjunta de 50.000 euros en concepto de daños morales.

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