Lucha por salvar al gato que sus inquilinos abandonaron por un desahucio en Moaña, Pontevedra: "Me preocupa más el gato que mi casa"
Un vecino de Moaña, Pontevedra, pide ayuda para salvar al gato que dejaron sus inquilinos al irse
Le deben unos 6.000 euros de alquiler pero su prioridad ahora es que le dejen “recoger y cuidar al animal”
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Los inquilinos de Vicente Ferradás, que vivían desde abril de 2022 en un piso de su propiedad, dejaron de pagarle el alquiler a mediados de 2023 y, sin dar más explicaciones, se fueron de la vivienda (sobre la que pesaba una orden judicial de desahucio), dejando un gato siamés abandonado a su suerte en el inmueble.
Este propietario, vecino de Moaña (Pontevedra), explica que “ya estaban muy avanzados los trámites del desalojo y, como lo sabían, directamente desaparecieron”, lo que no puede explicar es por qué dejaron allí a su fiel amigo, y se fueron para no volver.
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Fueron los aullidos del felino los que alertaron tanto a Vicente como a los vecinos de la zona, que se han movilizado para intentar cuidar a la mascota de los inquilinos fugados: "Me preocupa mucho más rescatar al gato que dejaron los inquilinos al irse que recuperar la propia casa, pero la jueza no dejó ni pisar el balcón a los bomberos, estando también el Seprona", asegura Vicente Ferradás en la prensa local.
Desconocen cuanto tiempo le durará el alimento
El problema es que la propiedad está en el segundo piso de una casa con planta baja, y “la jueza no permite siquiera que se acceda al balcón”, por donde quisieron acercarse para rescatar al animal, explica La Voz de Galicia.
El pasado martes, “pertrechados con una larga escalera”, se personaron en el lugar bomberos, Protección Civil de Moaña y Seprona, y desde la barandilla del balcón “le dejaron más de un kilo de pienso y un balde con agua”, expone Vicente en la cabecera gallega, quien añade que “no sabe cuánto tiempo le durará el alimento ni qué va a pasar después”.
Aunque baja varias veces al día hasta la casa para saber cómo está, asegura que no ha vuelto a ver al gatito, un animal de raza siamés “acostumbrado a estar en familia”.
Quiere pensar que accedió por una ventana al interior de la vivienda o que sus dueños volvieron a buscarlo sin que nadie los viera, “pero no puede dejar de temer que le pase algo”, confiesan los vecinos.
Ahora, lo único que le preocupa a Vicente, al que le adeudan unos 6.000 euros, “es que le dejen recoger y cuidar al animal” al que teme no volver.
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