Un niño de 10 años llamó a las autoridades para alertar de que su padrino le había pegado. Por ello, agentes de la Policía Local de Pontevedra han procedido a la detención del tío del menor por un presunto delito de violencia doméstica.
Los informes policiales señalan que, el pasado miércoles 9 de octubre, la Policía Local recibió la llamada de un menor de 10 años que alertaba de que su padrino le había pegado en su casa. Los agentes le pidieron que se pusiera al teléfono su madre, que también estaba en la vivienda, pero esta no quiso. Ante esta situación, una patrulla se trasladó al domicilio para entrevistarse con el niño. Allí pudieron averiguar que no era la primera vez que le pegaba ya que, según desveló la víctima, cuando esto ocurría él se encerraba en su habitación porque le tenía miedo. Además, los agentes pudieron comprobar que el afectado tenía la mejilla roja y estaba muy asustado.
La madre del menor explicó que el supuesto agresor era el padrino del niño y que estaba viviendo en el salón del domicilio. Además, dijo que, aunque había tenido comportamientos violentos con su hijo, nunca había llegado a agredirle. Sin embargo, esta versión de la progenitora cambió cuando llegó su marido, que confirmó que el presunto agresor sí que había pegado al infante. Por ello, la mujer manifestó a la Policía que lo que quería es que su familiar recogiese sus pertenencias y abandonara la casa.
El padrino, que hasta ese momento había mantenido una actitud tranquila, se negó a abandonar la vivienda y comenzó a gritar a los agentes. Cuando las autoridades trataron de conducirlo al exterior, empezó a golpearlos, llegando a morder a uno de ellos en una mano. A pesar de la resistencia del hombre, consiguieron sacarle de la vivienda y, en este momento, se encuentra a disposición de la Policía Nacional.
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