Ha vuelto a pasar. Tomar imágenes en zonas elevadas ya le ha costado la vida a otra gente, como le ocurrió a una influencer rusa. Ahora, un turista de 65 años ha muerto cuando estaba echando fotografías en los acantilados de Loiba (A Coruña).
Según han trasladado fuentes de emergencias a Europa Press, el hombre se ha precipitado al mar poco después de las 14 horas desde una altura de 25 metros. De hecho, un testigo ha presenciado lo sucedido.
La víctima, que estaba sola en ese lugar turístico del litoral de Ortigueira, visitaba el entorno y hacía fotos al punto donde se sitúa el famoso banco. Conocido como el más bonito del mundo, al sentarse en él se disfrutan de unas vistas inigualables.
En un momento dado, mientras el anciano trataba aparentemente de echarse un selfi, se ha caído al agua. Este sábado no era el mejor día para visitar esos acantilados, que no cuentan con ningún tipo de protección. Todo es naturaleza pura.
Debido al mal tiempo, no había muchas personas por allí, aunque los equipos desplazados han cortado de forma temporal el acceso a la zona. Sobre todo, para analizar si el turista ha podido resbalarse, aproximarse demasiado al borde o sufrir alguna indisposición.
Un operativo formado por Bomberos de As Pontes, GES de Ortigueira, Guardia Civil y Protección Civil, junto a sanitarios del 061, ha trabajado en el lugar del accidente. Al final, el helicóptero de rescate Pesca II, del servicio de Guardacostas, ha recuperado el cuerpo.
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