El acusado de causar en marzo de 2022 la muerte de la joven Jessica Méndez en la localidad pontevedresa de Barro, se ha negado este lunes a declarar en la primera sesión del juicio por este crimen, en el que solo ha tomado la palabra para decir que es inocente de asesinato y asegurar que "no sabía quién iba en el coche" con el que impactó y que no pudo hacer nada por evitar el choque.
Ha sido al final de una larguísima sesión inicial de este juicio, en la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, y después de que su abogado reclamase que, aplicando jurisprudencia reciente, se permitiese a su defendido declarar en último lugar. El magistrado que preside la sala lo ha rechazado, apuntando que los testimonios se harían como estaban señalados.
Tras un receso por la duración de la sesión de tarde, y pasadas las 19:00 horas, el magistrado le preguntaba al procesado como se declaraba de los cargos de asesinato. Ante el jurado popular, ha dicho ser inocente de estos cargos y ha añadido que "no sabía quién iba dentro del coche" cuando colisionó contra él y que no pudo hacer nada para "evitar" el choque que causó la muerte de Jessica Méndez.
El juicio por este crimen, del que están a punto de cumplirse dos años, ha arrancado a primera hora de la mañana de este lunes, aunque el acusado no ha sido llamado a declarar hasta pasadas las 19:00 horas, cuando, acogiéndose al derecho que lo ampara, ha descartado hacerlo.
Tanto la Fiscalía como las dos acusaciones --una la ejerce la familia de la fallecida y otra el que era su novio-- han repetido en sala los posicionamientos de sus escritos, según los cuales lo que sucedió aquella mañana en Barro fue un asesinato.
Estas tres partes consideran que el procesado "acosaba" y "vigilaba" constantemente a Jessica Méndez desde que en 2012 ésta había rechazado una proposición amorosa.
"Su forma de proceder obedece a que guardó durante mucho tiempo rencor hacia ella", ha apuntado el Fiscal, que ha dicho que la víctima "no respondió de ninguna manera" a las insinuaciones amorosas del acusado, y que esto lo hizo sentir "invisible a nivel sentimental".
La única diferencia en los escritos de acusación la establece la que representa al novio de la fallecida. Así, mientras Fiscalía y familia consideran que, cuando él circulaba por la carretera vio el coche de la joven parado en una señal de STOP y se abalanzó sobre ella de forma sorpresiva, la representación del que era su pareja cree que fue más planificado y que él la estaba siguiendo desde las 8 de la mañana de aquel día. El letrado también ha recordado que el acusado dijo en alguna ocasión que la joven "o es para mí, o no es para nadie".
La defensa del procesado, por el contrario, asegura que lo ocurrido es un "accidente fortuito" derivado, entre otras cuestiones, del tratamiento con Tramadol que tomaba para una lesión en el dedo, y "amplificado" por la "enajenación colectiva" creada por la declaración de su cuñado, que atribuyó lo sucedido a un problema amoroso.
Para el letrado de la defensa, quien realmente estaba obsesionado con Jessica era el cuñado del procesado, con el que él mantenía una mala relación desde hacía 15 años, aún a pesar de convivir en la misma casa.
Sostiene que el acusado sufrió un accidente fortuito, que la medicación y el cansancio -ha dicho que "desayunaba Colacao"-- le provocó un "microsueño" que le hizo colisionar contra el vehículo de Jessica Méndez, sin percatarse de que ella iba dentro.
A la salida de los juzgados, algunos vecinos han proferido contra el procesado gritos de "asesino".
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