Álvaro Rúa, un músico natural de Vilela, en Verín (Ourense), ha logrado un hito histórico. Este joven de 32 años ha batido con su gaita un Record Guiness Mundial, sosteniendo durante más de 13 minutos una misma nota.
Este gaitero gallego superó el reto que se había marcado: el de tocar la nota más larga del mundo con un instrumento de viento. Y lo logró. Lo hizo con un tiempo de 13 minutos, 26 segundos y 95 centésimas.
De esta forma supera la marca alcanzada por un músico de La India, quien ostentaba hasta ahora este récord tocando durante 1’ 23” un cuerno tradicional de su país.
“El objetivo principal de presentarme al Record Guiness era darle visibilidad a la gaita gallega, para que este instrumento que es tan nuestro sea más conocido internacionalmente”, asegura a NIUS este músico.
Álvaro Rúa empezó a tocar la gaita con siete años en la Escuela de Música Tradicional de Verín y su pasión por los instrumentos lo llevó a apuntarse en el Conservatorio de Música de Vigo (Pontevedra).
Actualmente se dedica profesionalmente a la docencia, dando clases de música en escuelas y asociaciones. También es el codirector de la ‘Banda de Gaitas Nova Era’, quien organiza estos días en Verín unas jornadas de música tradicional en las que se ha enmarcado esta gesta.
El desafío consistía en mantener un mínimo de 80 decibelios constantes con un sonido estable todo el tiempo. Una tarea sumamente compleja.
“Con una gaita, por la bolsa que almacena el aire, resulta, evidentemente, más fácil que con un cuerno. La gran dificultad aquí es que, al llevar unos pocos minutos, los dedos se te empiezan a dormir”, explica Álvaro.
Record Guiness establecía un reglamento muy concreto para poder validar la marca. Álvaro debía estar acompañado por dos ingenieros de sonido que midiesen los decibelios con un sonómetro; dos cronometradores experimentados, por ejemplo, en eventos deportivos; y dos testigos independientes que no tuviesen vinculación con la persona que fuese a someterse al reto.
También debían presentar un vídeo en el que se viese a la persona y los dígitos que marcaba el sonómetro, situado a una determinada distancia. Todo perfectamente medido.
“Puedes hacer varios intentos. Pero nosotros lo hicimos en el primero”, explica Álvaro, quien reconoce que estuvo entrenando y haciendo prácticas para aguantar el mayor tiempo posible. “Creo que podía haber seguido un poco más, pero lo habíamos conseguido y nos dimos por satisfechos”, añade.
Álvaro Rúa ha conseguido hacer historia en su pueblo, Verín, y con su inseparable instrumento, la gaita.