Aline cumplió hace un año su sueño de ser madre. Una enfermedad, la endometriosis, no se lo había puesto nada fácil. Cuando se la diagnosticaron, los médicos le habían dicho que veían prácticamente imposible que pudiera quedarse embarazada.
Pero el 14 de marzo del año pasado, coincidiendo casualmente con el Día Mundial de la Endometriosis, se obró el “milagro”. Ese fue el día que nació su hija Sabela, una niña muy deseada que llegó después de seis años de intentos y tras varios tratamientos de estimulación ovárica.
“Llegó ese día, justamente, para decir aquí estoy yo, la endometriosis no nos ha vencido”, afirma esta madre, que tiene actualmente 37 años.
Sanidad define la endometriosis como la implantación y crecimiento benigno de tejido endometrial fuera del útero, siendo las localizaciones más frecuentes afectadas por la endometriosis el peritoneo pélvico y los ovarios.
A Aline le dijeron que sufría endometriosis cuando acudió al médico después de un año intentando quedarse embarazada de forma natural. Tenía entonces 30 años y todavía vivía en su país natal, Brasil.
Al contrario de lo que suele suceder en otros casos, ella no tenía reglas dolorosas ni tampoco ningún otro síntoma que le hiciese sospechar que podía tener esa enfermedad. Y es que muchas pacientes, además de dolor pélvico crónico, sufren dolores intensos durante la menstruación (que pueden ser invalidantes) o, incluso, durante las relaciones sexuales. “Mi endometriosis es asintomática”, puntualiza.
Una ecografía y una analítica de sangre, junto a una resonancia posterior, sirvieron para diagnosticársela. “La endometriosis afectaba a los dos ovarios y también un poco al útero, lo que hacía que tuviera una baja reserva ovárica”, afirma Aline.
Ya en España, a donde se trasladó a vivir después del diagnóstico, se sometió a un tratamiento hormonal que, además de cortarle la regla, hacía que el tejido endometrial no creciese. Ahí empezó también la búsqueda de soluciones para tratar de ser madre. “Se consideraba como un caso inviable”, explica Aline.
En la mayoría de los casos, el tratamiento de la endometriosis es médico, a través de hormonas, aunque hay casos graves en los que se precisa tratamiento quirúrgico. Endometriosis no es sinónimo de infertilidad, aunque sí se estima que el 40% de las mujeres afectadas tienen dificultades para concebir un embarazo.
En el caso de Aline, el camino hacia el embarazo fue largo y tortuoso. Tuvo que someterse a varios tratamientos de estimulación ovárica para conseguirlo. Lo intentó por la seguridad social, sin éxito. “Me decían que igual tendría que usar óvulos de donantes”, explica.
Ya de forma casi desesperada, en 2019, acudió a IVI, una clínica especializada en reproducción. “Probaron un tipo de hormona distinta para ver si lo conseguía”, explica. Tres años después de ponerse en manos de estos especialistas, Aline se quedó embaraza.
“El año tiene 365 días, pero justo nació el día 14 de marzo de 2022”, recalca esta madre, haciendo hincapié en que el nacimiento se produjese justo el día en el que se conmemora la enfermedad que tantos obstáculos le había puesto para ser madre.
Las causas de la endometriosis son desconocidas, aunque hay un fuerte componente genético. De hecho, las hijas y hermanas de mujeres con endometriosis tienen más riesgo de padecer esta enfermedad. Sin embargo, esto tampoco se cumplía en el caso de Aline. “No tengo antecedentes familiares”, afirma.
La endometriosis es una enfermedad infradiagnosticada y que sufren alrededor de un millón de mujeres en España. Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), afecta a entre el 10 y el 15% de las mujeres.