La icónica chimenea de la ya desactivada central térmica de Meirama, situada en el municipio de Cerceda (A Coruña), desaparecerá para siempre este miércoles 1 de marzo. Después de 40 años formando parte del paisaje de la zona, esta mole de 204 metros de altura va a ser dinamitada.
La explosión controlada está prevista para las 14.00 horas y esa acción lleva implícito un protocolo de seguridad similar al del pasado 21 de diciembre de 2022, cuando se derribó también con dinamita la torre de refrigeración de la planta y los tres silos.
El dispositivo comenzará cuatro horas antes, sobre las 10.00 horas, con la colocación de cartelería y señalización para informar a vecinos y conductores. El tráfico se cerrará por precaución en los momentos previos a la demolición en la carretera DP-2405, que une Cerceda con Mesón do Vento (Ordes) y que pasa por delante de la planta.
La diferencia con respecto a la anterior voladura es que, en esta ocasión, no se evacuará a vecinos de sus casas, ya que la chimenea se encuentra más alejada de las viviendas. Únicamente será desalojada una vivienda por precaución.
Fuentes del dispositivo de seguridad explican a NIUS que la demolición no tendrá el mismo efecto a la vista que el de la torre de refrigeración. No veremos cómo la chimenea se deshace como si fuera papel, como ocurrió la otra vez. La estructura de 204 metros (18 de diámetro en la base y 11 en la boca) será dinamitada en su base y veremos cómo cae hacia el suelo de forma lateral.
Con esta demolición se da un paso más hacia el desmantelamiento definitivo de la planta. Tras este derrumbe, ya solo quedaría en pie un elemento de la central térmica: la caldera, situada justo entre la chimenea y la ya desaparecida torre de refrigeración. Todavía no hay fecha para su demolición.
Los trabajos para demoler esta chimenea se llevarán a cabo por Afesa, la empresa que también subcontrató la multinacional Naturgy para derribar con 165 kilos de dinamita la torre de refrigeración y los tres silas.
La central térmica de Meirama empezó a funcionar en el otoño de 1980 y cesó su actividad el 30 de junio de 2020, después de 40 años de historia y dentro del proceso de cierre de las centrales térmicas en España.
Se construyó en las inmediaciones de un yacimiento de lignito y su puesta en marcha provocó la desaparición de aldeas enteras de la comarca. La ejecución de expropiaciones dio lugar a una importante sublevación vecinal en la parroquia de As Encrobas.
Las reservas de la mina se agotaron en el 2008 y eso provocó que el lignito se sustityese por la hulla para producir energía. El agujero que provocó la explotación minera fue cubierto con un lago artificial de más de dos kilómetros de longitud y 200 metros de profundidad.
La central térmica de Meirama fue en sus inicios una de las mayores plantas de producción de energía del país. Su potencia bruta era de 580 megavatios. En ella llegaron a trabajar unas 200 personas y situó a Cerceda entre los ayuntamientos con mayor renta per capita de Galicia.