Los eólicos, el enemigo gigante que amenaza a los caballos que viven en libertad en Sabucedo

  • Sorogoyen, director de ‘As Bestas’, habló en los Goya de la problemática de Sabucedo con los eólicos

  • Se están proyectando cuatro parques con aerogeneradores en los montes donde los caballos viven en libertad

  • Desde la Asociación Rapa das Bestas advierten que los molinos afectarán negativamente a los animales

“Energía eólica sí, pero no así”. Esas palabras, pronunciadas por el cineasta Rodrigo Sorogoyen en la gala de los premios Goya, han puesto a Sabucedo en el foco. En los montes que rodean a esta parroquia de A Estrada (Pontevedra) viven en libertad desde hace siglos las ‘bestas’ que aparecen en su afamada película. Pero esos caballos salvajes y su entorno se ven ahora amenazados por los aerogeneradores.

En la zona en la que habitan estas manadas de caballos se están proyectando cuatro parques eólicos. Si finalmente salen adelante, en esos montes se colocarán unos 15 molinos de unos de 240 metros de altura (si contamos los 160 metros de torre y 80 de la pala). Es más del doble de lo que mide la Catedral de Santiago de Compostela.

Además del impacto visual que estas moles gigantes provocarían en ese espacio natural, desde la Asociación Rapa das Bestas de Sabucedo advierten que los eólicos afectarán de forma negativa a la vida de los caballos salvajes.

Unos animales que llevan habitando esos bosques desde hace, por lo menos, 500 años y que son los protagonistas de la famosa ‘Rapa das Bestas’, una tradición declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional y que cada verano acapara la atención de medios de comunicación de todo el mundo.  

“No se entiende que una administración se gaste el dinero en promover una fiesta y un entorno natural y, al mismo tiempo, permita la construcción de estos parques”, defiende Paulo Vicente Monteagudo, presidente de la Asociación Rapa das Bestas de Sabucedo. Uno de los polígonos que se proyectan, asegura, se situaría justo en el lugar por donde los caballos bajan para la rapa.

¿De qué manera afectarán los eólicos a los caballos?

En Sabucedo alertan de que estos polígonos eólicos pondrán en peligro la supervivencia de una de las mayores manadas de equinos en libertad de Europa.

Estos proyectos conllevan la construcción de enormes pistas para el paso de vehículos pesados, "de una decena de metros de ancho", que fragmentarán el territorio en el que viven los caballos. “Lo que va a ocurrir es que las bestas se van a deslocalizar", argumenta.

Los caballos, al perder terreno, buscarán otras zonas para pastar. "Ya tenemos el problema de que a veces bajan a las aldeas. Si estos parques se ejecutan, eso ocurrirá más", vaticina. Temen, además, que todos esos desmontes puedan destrozar las balsas de agua que las bestas utilizan para beber.

Otra de sus preocupaciones tiene que ver con el robo de caballos. Este problema aumentará con la apertura de pistas. “En los últimos diez años nos han desaparecido caballos que, después, han aparecido en Cataluña o Valencia. Ha habido, incluso, una mafia organizada que robaba equinos para luego vender la carne al margen de la ley”, afirma.

Ya dejando de lado a los animales, los vecinos de Sabucedo piensan en los numerosos yacimientos con petroglifos que hay en la zona. Algunos están ya documentados y tienen más de 4.000 años de antigüedad. Pero sospechan que puede haber más vestigios todavía sin catalogar.

Dos de los parques ya cuentan con el visto bueno de la Xunta

Los cuatro parques que se proyectan en la zona se encuentran en fases diferentes. Dos de ellos (los conocidos como ‘Campo das Rosas’ y ‘Touriñán III-2’) cuentan ya con la declaración de impacto ambiental (DIA) favorable de la Xunta de Galicia. Es el paso previo a la autorización para su construcción. Otro de ellos (‘Touriñan I’) está en trámites de conseguir ese informe favorable, y el cuarto (‘Rosa dos Ventos’) está en una fase inicial de desarrollo.

En los montes de Sabucedo hay actualmente 400 caballos. La población de estos animales ha descendido de forma alarmante en los últimos años. “En 2006 teníamos entre 700 y 800”, afirma el presidente de la asociación. “Estos parques agravarán aún más los problemas de supervivencia de un animal que está en vías de extinción”.

Galicia tiene en la actualidad un censo de unos 10.000 caballos salvajes, menos de la mitad de los que había en los años 70 (cuando se contabilizaban alrededor de 22.000). “El caballo gallego de monte no está protegido y, por eso, cuando se estudia una declaración de impacto ambiental para un parque eólico no se le tiene en cuenta”, explica.

Desde la Asociación Rapa das Bestas recuerdan la labor de limpieza que estos animales realizan en los montes y su papel a la hora de prevenir incendios forestales.

“En Europa se está introduciendo al caballo como una forma de controlar la biodiversidad y, justo aquí, no se protege. Los caballos son ‘desbrozadoras’ todo el año. Comen matorrales y tojos y hacen que el monte esté limpio”, defiende Paulo.

La Asociación Rapa das Bestas de Sabucedo avanza que recurrirá la decisión si finalmente la Xunta autoriza los parques. De no prosperar la reclamación administrativa, acudirá a los juzgados.

Las palabras de Sorogoyen, una “forma de abrir los ojos a la sociedad”

El cineasta Rodrigo Sorogoyen estuvo varias veces en Sabucedo. La primera en el año 2019, pero en 2021 y 2022 regresó de nuevo. Los caballos que aparecen en la primera toma de la película ‘As Bestas’, que él dirigió, fueron grabadas en esta parroquia pontevedresa.

“Sus palabras supusieron un espaldarazo a nuestra reivindicación”, sostiene Paulo. Están seguros de que, gracias a Sorogoyen, el problema de Sabucedo ha llegado a mucha gente. También, a las autoridades.

“Es una forma de abrirle los ojos a la sociedad. La energía renovable tiene que llegar y nosotros no estamos en contra de las eólicas, pero hay que repensar cómo y dónde se están proyectando estos parques”, defiende.

La asociación critica, entre otras cosas, la forma en que se hacen las declaraciones de impacto ambiental. “Las empresas que hacen esos informes están contratadas por las propias empresas que proyectan los parques”.

Sorogoyen resumió sus reivindicaciones a la perfección: “Eólica sí, pero no así”.