La torre de refrigeración de la ya desactivada central térmica de Meirama, en el municipio de Cerceda (A Coruña), pasará a la historia la próxima semana. Una explosión controlada borrará para siempre del paisaje el que ha sido uno de los símbolos de la comarca desde hace más de 40 años.
La demolición tendrá lugar el próximo miércoles, 21 de diciembre, a las tres en punto de la tarde. Operarios de Naturgy llevan ya tiempo preparando la voladura de esta gran mole de hormigón de 120 metros de altura. Junto a ella, serán dinamitados dos silos de carbón.
La empresa energética ha diseñado de forma milimétrica un operativo de seguridad, junto a efectivos de la Policía Local y Protección Civil de Cerceda. Ese operativo se activará cuatro horas antes de la voladura.
Los vecinos cuyas casas se encuentran en un radio de 50 metros de la torre serán desalojados por seguridad. Deberán abandonar sus casas una hora y media antes de la explosión controlada.
Se trata de los habitantes de la media docena de casas más próximas a la planta, a los que se les facilitará unas casetas para poder estar durante el tiempo que dure la operación.
Además, se colocarán carteles informativos en siete carreteras o pistas próximas, que serán cortadas en el momento de la voladura. El tráfico se cerrará por precaución en los momentos previos a la demolición en la DP-2405, que une Cerceda con Mesón do Vento (Ordes) y que pasa justo por delante de la planta.
El operativo de seguridad tiene previsto la colocación de lonas y cortinas de agua para evitar que el polvo que se produzca por la demolición se disperse por el entorno.
Una vez realizada la voladura controlada, los técnicos examinarán la zona para asegurarse de que no queda ningún explosivo por detonar.
Este será uno de los pasos más importantes para el desmantelamiento definitivo de una planta que cesó su actividad el 30 de junio del año 2020, dentro del proceso de cierre de centrales térmicas en España. Tras esta voladura, todavía quedaría en pie la chimenea de 204 metros que también forma parte de la planta.
La central térmica de Meirama empezó a funcionar en el otoño de 1980. Se construyó en las inmediaciones de un yacimiento de lignito y su puesta en marcha provocó la desaparición de aldeas enteras de la comarca.
La ejecución de las expropiaciones dio lugar a una importante sublevación vecinal en la parroquia de As Encrobas. En esas protestas emergió la figura de Moncho Valcarce, el cura de As Encrobas, un icono de la lucha contra la dictadura de Franco en Galicia. 'El cura rojo' le llamaban.
Las reservas de la mina se agotaron en el año 2008, lo que provocó que el lignito se sustituyese por la hulla para producir energía. El agujero que provocó la explotación minera ha sido cubierto con un lago artificial de más de dos kilómetros de longitud y 200 metros de profundidad.
La central térmica de Meirama fue, en sus inicios, una de las mayores plantas de producción de energía del país. Su potencia bruta era de 580 megavatios. En ella llegaron a trabajar unas 200 personas.