Las mariscadoras de A Pobra do Caramiñal (A Coruña) llevan varios días trabajando sin parar. No se agachan para recoger almejas o berberechos. Lo que meten en sus capachos son toneladas de cenizas.
Las fuertes lluvias de los últimos días han arrastrado los restos del gran incendio que la zona sufrió este verano a su principal banco marisquero. Y en algunos puntos, la capa es considerable. “Hay casi medio metro”, asegura Rosa Millán, una de las mariscadoras, a NIUS.
Ayudadas por palas y rastrillos, retiran toda la ceniza que pueden de forma manual. Lo hacen en la playa de Os Raposiños. Este arenal se ha teñido de negro después de que las cenizas se trasladasen desde el monte hasta allí a través del río Pedras. “Todas estábamos rezando para que las lluvias viniesen más reducidas. Teníamos la experiencia de un incendio anterior en el que pasó lo mismo”, cuenta.
La situación es tan grave que el Ayuntamiento de A Pobra les ha cedido maquinaria pesada para retirar y amontonar todo lo acumulado. Algo que agradecen enormemente al consistorio. “Este lunes los tractores trabajaron hasta de noche. Había tanta ceniza que alguno hasta se quedó atascado”, asegura Rosa.
Pasaron un Halloween terrorífico retirando de la arena montañas de ceniza.
La preocupación es palpable entre las alrededor de cien mariscadoras de a pie de la cofradía de A Pobra do Caramiñal. Porque esas cenizas amenazan al marisco cuando la campaña de Navidad está a la vuelta de la esquina.
“Si la capa de ceniza es muy grande, hay riesgo de que el marisco se ahogue”, explica Rosa. Precisamente, para evitar que eso pase, han intentado actuar con la máxima rapidez posible.
Se han pasado todo el puente retirando la ceniza para salvar a las almejas y a los berberechos que hay en la playa. Si el marisco muere, para ellas sería la ruina. "Creo que esta vez lo hemos salvado", cuenta.
Sin embargo, no descartan que pueda haber más arrastres si vuelve a llover de nuevo. “Es algo que podría suceder y todos tememos que ocurra”, cuentan. Para evitar que el perjuicio sea aún mayor, han solicitado ayuda a la Consellería do Mar para establecer medidas preventivas.
“Este es el ejemplo de cómo esos incendios que algunos causan perjudican, y mucho, a las personas”, lamenta Rosa. Siguen rezando para que, si llueve, no lo haga con fuerza.