La Sierra de O Courel, en Lugo, fue el escenario este verano del incendio de mayor envergadura de la historia de Galicia. Aquel fuego afectó a dos ayuntamientos (Folgoso do Courel y A Pobra do Brollón) y acabó devorando unas 11.100 hectáreas de paisaje.
Estos días, por esas zonas que se tiñeron de negro a causa de las llamas, transitan tractores que transportan alpacas de paja. Esa actividad forma parte de los trabajos que ejecuta la Xunta para tratar de recuperar el suelo afectado por aquellos incendios.
Brigadas de la Consellería do Medio Rural realizan tareas de ‘mulching’. Es así como se conoce la técnica que consiste en esparcir paja de cereales (cebada, centeno o trigo) en suelos quemados por incendios forestales.
La técnica no es nueva. Se utiliza ya desde hace años en los montes para minimizar los daños causados por el fuego. La paja genera una especie de capa protectora que hace que los suelos puedan regenerarse antes, al evitar, por ejemplo, que las gotas de la lluvia impacten directamente sobre el suelo desnudo.
Está demostrado que la paja ayuda a frenar la erosión y, también, evita los temidos arrastres de cenizas hacia los ríos.
El personal de Medio Rural que trabaja estos días en O Courel reparte la paja en unas áreas concretas de la sierra. Siguen las indicaciones de los técnicos especialistas del Centro de Investigación Forestal (CIF) de Lourizán, en Pontevedra, después de que estos hiciesen una evaluación previa sobre el terreno.
La Xunta asegura que con estos trabajos se pretende proteger zonas concretas para evitar erosiones en el suelo. En este caso, el plan de trabajo abarcará unas 106 de las 11.100 hectáreas quemadas. La paja se esparcirá, fundamentalmente, en vaguadas y en la red de drenaje de las pistas.
No es la primera vez que en Galicia se hace esta técnica de esparcir paja en los montes quemados. Tras los graves incendios que asolaron la comunidad en 2017, voluntarios la utilizaron en las zonas afectadas por el fuego en Ponte Caldelas (Pontevedra). En 2021, un estudio constataba que esa acción había evitado la erosión del terreno en un 90%.
Normalmente, se esparce de forma manual. Aunque en Galicia se han llegado a utilizar helicópteros para llegar a zonas de difícil acceso. Es lo que se conoce como ‘helimulching’.
La Consellería de Medio Rural señala que los técnicos del CIF de Lourizán han constatado, en general, una baja o moderada severidad del fuego en el suelo de O Courel, por lo que no existiría un riesgo alto de erosión.
“En la mayor parte del área arbolada, las propias hojas caídas proporcionan protección al suelo y mismo se están notando rebrotes de vegetación”, indica Medio Rural en una nota.
Medio Rural asegura que los puntos de conexión entre las laderas afectadas por el fuego y los cursos de agua conservan en su mayor parte vegetación sin quemar, lo que atenuaría posibles arrastres de cenizas.