En un estudio de la Universidad de Cambridge, han demostrado que el dinero es capaz de comprar la felicidad acabando así con el mito de que esto no es correcto.
Para ello, han investigado más de 76.000 transacciones de 625 participantes. Tras el estudio se encontró que las personas que gastan más en productos que responden a su personalidad tienen una mayor satisfacción con la vida.
La investigación dividió los gastos en cinco categorías: extraversión, simpatía, neocriticismo, diligencia y actitud receptiva a nuevas experiencias. Todas ellas de acuerdo a los rasgos de personalidad, por ejemplo, el hecho de cuidar mascotas fue calificado como simpatía.
Al investigar las compras de los participantes con sus personalidades, observaron que quienes pagaban más dinero por las cosas que hacían juego con su personalidad son más felices.