El dato horroriza: unas 400.000 personas fallecen cada año en Europa a causa de la contaminación. Se trata de un problema de salud pública de primer orden que genera gran preocupación en los países enriquecidos, donde los trastornos asociados a la mala calidad del aire son ya la principal causa ambiental de muerte prematura en el continente, según recoge SINC.
La Comisión Europea (CE) dio la voz de alarma en 2013 con la puesta en marcha de un nuevo paquete de políticas de aire limpio, que instaba a los estados miembros a tomar medidas para garantizar una buena calidad del aire y salvaguardar la salud pública. En él se establecían límites de emisiones para uno de los compuestos más contaminantes, el dióxido de nitrógeno (NO2), cuya mayor concentración procede del tráfico rodado.
Cinco años más tarde, y pese a los esfuerzos de la administración comunitaria, la situación es a día de hoy particularmente crítica en algunos estados miembros como España e Italia, que han excedido reiteradamente los límites fijados ante sus dificultades para cumplir con los objetivos europeos.
En este contexto de máxima urgencia (ciudades como Madrid se han visto obligadas a activar el protocolo anticontaminación en varias ocasiones a lo largo de los últimos meses) surge el proyecto europeo de investigación TRAFAIR, una iniciativa conjunta entre administraciones públicas y universidades de ambos países que aúna esfuerzos para comprender el impacto que tienen los flujos de tráfico en la calidad del aire.
El proyecto, que cuenta con la participación del Centro Singular de Investigación en Tecnologías de la Información de la Universidad de Santiago (CiTIUS) se presenta como una alternativa para optimizar las estrategias de control y aumentar la conciencia social sobre un problema creciente.
Su máximo responsable en Santiago, José Ramón Ríos Viqueira, explica el objetivo global del consorcio: “Lo que pretendemos con este proyecto es desarrollar un nuevo método capaz de ofrecer a los ciudadanos y las administraciones públicas una estimación óptima del grado de contaminación, generada según las diferentes condiciones del tráfico”.
“La nueva herramienta combinará las condiciones climáticas, los flujos de tráfico y otras fuentes de emisión para proporcionar una estimación rápida y fiable del nivel de polución de la ciudad, validando los resultados con un sistema de sensorización de la calidad del aire innovador y de bajo coste”, añade.
El nuevo servicio, fruto de los resultados del proyecto TRAFAIR, se desplegará en las ciudades españolas de Santiago de Compostela y Zaragoza y las italianas Florencia, Módena, Livorno, y Pisa. El proyecto está liderado por la Universidad de Módena y Reggio Emilia (UNIMORE) y cuenta con nueve socios, cuatro instituciones públicas por país y una empresa de servicios.
En lo que respecta a la parte española, junto al CiTIUS participan también el Centro de Supercomputación de Galicia (CESGA), el Ayuntamiento de Santiago de Compostela y la Universidad de Zaragoza.