El robot bombero, similar al que trabajó en Notre Dame, ayuda a extinguir su primer incendio real en Vizcaya
El fuego se desató a las 20 horas en la empresa Nervacero y no se ha apagado hasta las 4 de la mañana
Dotaciones de cuatro parques de bomberos han participado en la extinción del fuego
La humareda tóxica obligó a confinar varios municipios pero no hay que lamentar heridos
Solo tres días después de ser presentado en sociedad, ha entrado en acción, el robot bombero adquirido por el Cuerpo de Bomberos de Bizkaia. Si en París, el ‘Colossus’ ayudó en la extinción del incendio de Notre Dame, en Vizcaya este robot, fabricado por la misma empresa francesa, se ha estrenado en una emergencia real, ayudando a sofocar el incendio de alto riesgo que anoche se desataba en una planta siderúrgica y que ha mantenido en vela a Trapagarán.
Con sus 500 kilos de peso y su capacidad para lanzar 3.000 litros de agua por minuto, el robot ha mostrado de lo que es capaz en una situación real.
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“En uno de los sectores se ha estrenado trabajando nuestro 'Colossus', robot de reciente adquisición”, explicaban orgullosos sus compañeros humanos en redes, a los que ha ayudado en la retirada de material apilado y en la sectorización del incendio y evitar su combustión.
El incendio comenzó, a última hora de este lunes, en la empresa Nervacero de Trapagarán (Vizcaya), cuando una montaña de chatarra almacenada en la planta siderúrgica se prendió fuego. La magnitud del siniestro obligó a los bomberos vizcaínos a trabajar durante ocho horas ininterrumpidas hasta dar por controlado el fuego ya de madrugada.
Vecinos confinados
Dotaciones de cuatro parques de bomberos se trasladaban hasta Trapagarán para luchar contra un fuego que ya desde el principio mostraba su furia y amenazaba con propagarse. “La extinción total llevará horas”, auguran los profesionales en la lucha contra el fuego.
Al peligro de las llamas se sumaba una humareda tóxica que obligaba a los vecinos de esta localidad a atrincherarse en sus domicilios, una recomendación que se extendía a las vecinas Portugalete y Sestao, donde se recomendaba el cierre de puertas y ventanas para evitar la entrada de humo.
“Trapaga está confinado, pero tardaremos bastante tiempo en extinguirlo”, decían los bomberos tres horas después de iniciarse el voraz incendio. El Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco ha confirmado que no se han registrado heridos en el incendio.
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