Euskadi tendrá su primera granja de atún rojo frente a la costa de Getaria en 2025
El objetivo es recuperar la pesca de atún rojo en el Cantábrico
Las instalaciones acuícolas se sumergirán frente a Getaria y se probarán en 2025
La planta de engorde aspira a producir 100 toneladas en 2025 y 300 en 2026
Euskadi quiere que su flota pesquera vuelva a capturar atún rojo y evitar que gran parte de la cuota de pesca vasca se ceda a otras regiones por la escasa rentabilidad de estas capturas debido al menor tamaño de los ejemplares capturados y también por las condiciones meteorológicas que complican su captura con las técnicas habituales.
La empresa Itsasbalfegó, creada por la catalana Balfegó y el centro tecnológico Azti, ha ideado la instalación de dos enormes jaulas frente a la costa de Getaria (Guipúzcoa) para capturar atún rojo vivo, mediante artes de cerco en colaboración con la flota pesquera vasca. "El principal desafío será determinar si es viable utilizar el arte de cerco para la pesca del atún rojo en el golfo de Bizkaia”, explica Juan José Navarro, director adjunto de Balfegó.
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Las dos instalaciones acuícolas estarán sumergidas a 3,688 millas del puerto y los ejemplares serán engordados, con el objetivo de evaluar su viabilidad tanto económica como medioambiental.
Primero, probar las jaulas
Si la pesca funciona y el engorde en jaulas tiene éxito, “este proyecto podría tener un impacto muy positivo en la economía y sociedad vasca, permitiendo revalorizar las cuotas de pesca, mejorar la calidad del producto y optimizar la gestión pesquera", señala Navarro.
La planta de engorde aspira a producir 100 toneladas en 2025 y 300 en 2026, pero antes habrá que comprobar que las jaulas son capaces de soportar las severas condiciones del mar Cantábrico. Para eso, durante este otoño y el próximo invierno se probará la flotabilidad, capacidad de inmersión y resistencia de las jaulas. “La tecnología de las jaulas, con un diámetro de 50 metros, está diseñada para soportar estas condiciones y minimizar el impacto del oleaje", cuenta Navarro. En caso de temporal, las jaulas pueden sumergirse hasta 18 metros para proteger tanto la estructura como los peces.
En verano de 2025 comenzará la prueba piloto para el engorde de esta especie con un número limitado de ejemplares. Si la experiencia resulta positiva, a partir de 2026 se instalarán más jaulas, dependiendo de la cuota de pesca destinada a engorde.
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