Aparece una misteriosa pieza de madera en la playa de Ondarreta: podría ser la 'costilla' de un antiguo barco
La pieza de madera mide 3,6 metros de longitud y ha sido retirada con una grúa
Se trataría de la cuaderna de "una gabarra ancha" que "transportaba arena o material de construcción"
La pieza hay que "desalarla" durante un largo proceso para evitar que se siga descomponiendo
Para los ojos de un prosaico en el mundo marítimo, el hallazgo realizado en la playa donostiarra de Ondarreta pasaría por un trozo de madera. Sin embargo, a los ojos del biólogo guipuzcoano Jon Etxezarreta, autor del descubrimiento, esa pieza de madera de 3,6 metros de longitud tenía una historia que contar, por eso no dudó en remitir una foto a un arqueólogo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi que le confirmó que parecía la 'cuaderna' de un antiguo barco.
Las mareas vivas de los últimos días han sido las responsables de desenterrar esta pieza curva de madera en la parte occidental de la playa de Ondarreta.
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La retirada de la arena ha permitido dejar al descubierto este elemento náutico cuya base encaja en la quilla del buque y desde allí, arrancan de forma simétrica a derecha e izquierda, formando las costillas del casco.
3,6 metros de longitud
Su retirada se ha producido este mismo miércoles por la mañana y ha requerido de la utilización de una grúa que la ha sacado del arenal para poder investigarla con más detenimiento y tratar de datarla y concretar a qué tipo de embarcación podría haber pertenecido. "Parece una gabarra ancha, un barco de fondo plano", dice Mertxe Urteaga, arqueóloga servicio patrimonio de la Diputación foral de Guipúzcoa. "Tal vez de esas que transportaba arena o material de construcción en las inmediaciones de las rías", añade.
La parte más occidental de Ondarreta era donde antiguamente desembocaba la regata de Igara y fue una zona navegable por barcos durante siglos y "hasta principios del siglo XX".
"Había que hacer coincidir la extracción con la marea baja y solo teníamos una hora para hacerlo". La pieza se va a trasladar a Gordailua, en Irun, y tras una limpieza superficial, el objetivo es "desalarla" para evitar que se siga descomponiendo, ha explicado Giorgio Studer, restaurador del Servicio foral de Patrimonio. El proceso será largo de no menos de tres o cuatro años. "Lo principal es ver si hay alguna huella del instrumental con el que se talló", apunta Ugarte.
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