El pasado 19 de febrero arrancó en Euskadi la huelga indefinida en el sector del transporte sanitario urgente. Los sindicatos reivindican la homologación de los 1.700 trabajadores de las subcontratas con el personal de Osakidetza y denuncian que no hay suficientes ambulancias en la Comunidad Autónoma Vasca, “sobre todo, en ambulancias concertadas para traslados a rehabilitaciones y traslados posteriores a domicilios hay gente que espera hasta 12 horas”.
Más del doble, en total 30 horas, es el tiempo que, esta semana, ha tenido que esperar un enfermo terminal para que una ambulancia le trasladara en Vizcaya desde el hospital de Urduliz hasta su domicilio, a menos de 13 kilómetros de distancia.
El caso, que destapa El Correo, es que a este paciente vizcaíno, que padece una parálisis corporal y sufre un cáncer en fase terminal, le dieron el alta el pasado lunes por la mañana para recibir cuidados paliativos en su domicilio, pero no pudo llegar a su casa hasta la tarde del martes. Más de un día de espera para que una ambulancia le llevara a 16 minutos de allí.
Desde los sindicatos recuerdan que los servicios mínimos para el sector de las urgencias es del 100% y que son “las ambulancias concertadas las que pueden hacer huelga”. Precisamente, Osakidetza justifica lo ocurrido porque los trabajadores del transporte sanitario en Euskadi están en huelga. Un argumento que no convence a la familia de este vasco, que tuvo que esperar más de un día a que una ambulancia pasara a recogerlo, por lo que han presentado una queja ante el servicio de Atención al Paciente.
Osakidetza cuenta con 12 UVIs medicalizadas, ambulancias en las que viaja un médico y un helicóptero. Son los dos únicos servicios que presta directamente el Servicio Vasco de Salud. El resto de ambulancias, 67 de soporte vital básico y 11 dotadas con personal de enfermería, las gestionan las empresas privadas, La Pau y Ambulancias Gipuzkoa. Precisamente, el periódico vasco explica que, al comprobar que 30 horas después de solicitar la ambulancia de transporte sanitario programado o no urgente esta no había acudido a recoger al paciente, la familia telefoneó directamente a la empresa que presta este servicio para Osakidetza, La Pau, y le trasladó lo que estaba ocurriendo.
Por fin, la ambulancia acudió al hospital de Urduliz, con un único trabajador de La Pau. Por lo que, al llegar a la vivienda, fueron los familiares del enfermo los que tuvieron que ayudarle para poder subirle al domicilio.
Además de protestar para que el servicio se amplíe, los sindicatos ELA, LSB-USO, LAB, UGT, CCOO y ESK reivindican la homologación de los 1.700 trabajadores de estas subcontratas con el personal de Osakidetza y la recuperación de la pérdida de poder adquisitivo, que, según aseguran, supone ya un 17% en los dos años que han pasado sin acordar un nuevo convenio. Denuncian que tienen el IPC congelado. Tras varios meses con paros puntuales, desde el pasado 19 de febrero las ambulancias vascas están en huelga indefinida.
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