Hay profesiones condenadas a la extinción por la falta de relevo generacional, comercios centenarios que bajan la persiana cuando sus propietarios llegan a la edad de la jubilación y ahora resulta, que hay pueblos que se quedan sin servicio de correos cuando su cartero se retira tras toda una vida de trabajo.
Ha ocurrido en el municipio alavés de Luiando, donde sus 1.200 vecinos llevan un mes sin recibir la correspondencia diaria. El mismo tiempo que hace que su cartero se ha jubilado.
2024 arrancó para estos alaveses con un servicio ‘interruptus’ por parte de otros profesionales a los que les han cargado con el trabajo del cartero jubilado para quien no han buscado sustituto, según denuncian.
A principios de año, el cartero de Luiando que también entrega las cartas en el barrio de Gardea, en Llodio se jubiló. Una baja que lejos de ser sorpresiva se gesta con la suficiente antelación. Por eso, los vecinos afectados no entienden la tardanza en reanudar el servicio con un nuevo profesional que les haga llegar su correspondencia con regularidad.
El reparto depende de la oficina de Llodio y desde Correos, según ha podido saber el periódico El Correo, se han reorganizado los recursos para garantizar el reparto que se realiza con regularidad. En función del número y el tipo de envíos, el nuevo profesional organiza su trabajo, según dice Correos, para sacarlos a reparto.
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