Surfistas vascos se preparan para rescatar en el mar a bañistas o compañeros en apuros
Practican rescates simples, a personas inconscientes o con una posible lesión medular
Los surfistas realizan muchos rescates en la época en la que aún no está activado el servicio de socorrismo
"A veces los accidentes tocan y otras la gente entra en el mar sin estar capacitada"
El agua es su elemento, en ella pasan horas y horas tratando de coger la mejor ola. En sus largas estancias acuáticas, la mayoría de los surfistas ha sido testigo, en alguna ocasión, de algún accidente, con mejor o peor final, sufrido por otros surfistas o por bañistas.
Las circunstancias les convierten, entonces, de meros aficionados a este deporte a improvisados socorristas. “Los que llevamos media vida en el mar, a veces nos hemos topado con situaciones catastróficas”, dice uno de los responsables de impartir esta formación, Juan Carlos Oreta. En el agua se producen accidentes que van desde golpes contra el fondo, a ahogamientos, pasando por infartos o rescates múltiples. Por eso es importante que estos apasionados del surf sean capaces de poder ejecutar un rescate con las máximas garantías. "La primera, su propia seguridad", apunta Jonan Echebarria, pero también que puedan salvar vidas y evitar agravar las lesiones durante el rescate.
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La mayor parte de los accidentes se producen en época pre-estival, cuando aún no se ha activado el servicio de socorrismo. A esa variable se suma la inconsciencia de quienes entran al mar “sin tener respeto al agua”. En la costa vasca hay, como recuerda el socorrista y surfista Pello Barrutia, “playas peligrosas” y también “muchos maretones” por lo que es importante evitar entrar al agua cuando no se conocen las corrientes. Aun con experiencia los accidentes sobrevienen sin previo aviso y “casi todos los que conozco nos hemos llevado alguna vez un susto por un cambio repentino del mar”, dice la socorrista Cristina Campo.
Evitar agravar sus lesiones
Sustos en carne propia como le ocurrió al surfista Aketza Sánchez que trabajó durante seis años como surfistas y de pronto un día practicando surf sufrió un accidente “muy gordo” que le ocasionó daño medular. “Yo del cuello para abajo no sentía nada”, recuerda de aquel fatídico día en el que sus rescatadores conscientes de la gravedad de Aketza, “me inmovilizaron en la tabla hasta que me trasladó el helicóptero, llevando a cabo un rescate perfecto”.
Saber cómo proceder en el rescate de una persona en el agua es vital no solo para salvarle la vida, sino también para evitar agravar sus lesiones. “Muchas veces la médula se termina de romper en el traslado, por eso es importantísima la forma en la que se produce ese traslado a la arena, la víctima debe permanecer lo más inmóvil posible”, recalca.
A Cristina Campo, le tocó ayudar en una ocasión a una persona que flotaba inconsciente cerca de la orilla. La capacidad de reaccionar de forma rápida, pero también saber lo que estás haciendo, fue clave para que aquel accidente no acabara en tragedia, “estaba en parada cardiorespiratoria y hubo que sacarla del agua y reanimarle”.
Durante estas formaciones se practican las técnicas de rescate en tres supuestos. Por un lado, el rescate simple en el que el surfista debe calibrar el peso de la víctima para evaluar la mejor manera de trasladarlo en su tabla o pedir ayuda a algún compañero con una tabla de mayores dimensiones, después toca “remar como en una trainera” hasta tocar tierra.
El segundo de los rescates que se practica en estos cursillos es aquel en el que la víctima pierde la consciencia en el mar. “Si el bañista o el surfista ha quedado flotando boca abajo, es importante saber como voltearle y subirle a la tabla para su traslado”, explica Jonan Echebarria, formador.
Por último, aprenden a inmovilizar en la tabla a aquellas personas de las que se sospecha que han podido sufrir algún tipo de lesión medular.
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