La guipuzcoana Josune Labandibar elegida maestra más valiosa del año en Estados Unidos

Con un par de maletas y la convicción de que “allí donde estuviéramos los tres juntos íbamos a estar bien”, Josune Labandibar y su familia pusieron rumbo en agosto de 2022 a Logan, en Estados Unidos. “Tuvimos que mirar en el mapa donde estaba porque no teníamos ni idea”, afirma.

Labandibar que hasta hace menos de dos años impartía clases de euskera en el Instituto Pío Baroja de Irun se convirtió en profesora de español en el Mount Logan Middle School y ha conseguido, en tiempo récord, que la reconozcan como la maestra más valiosa del curso en su estado. “Los Utah Jazz me mandaron un email y primero pensé que era 'spam', cuando lo abrí llamé al director pensando que era una broma”, recuerda divertida.

Pero no, no lo era. El pasado viernes la mismísima mascota de los Utah Jazz, Jazz Bear, acudió al instituto donde trabaja Josune para darle la camiseta del equipo y “un cheque para gastar con los estudiantes”, aunque será el día 1 de febrero cuando la homenajeada acudirá como invitada al pabellón para ver el partido de la NBA. "La mascota aquí es casi, casi como si viniera uno de los jugadores de la NBA, mis chavales se quedaron flipados", cuenta.

Sus alumnos valoran que las clases con la ‘teacher’ Labandibar sean “divertidas” que “aprendan a través del juego” y que sea una maestra cercana que “les pregunto a diario qué tal están”. Son, al menos, algunas de las razones que escribieron en las reseñas aquellos que votaron por elegirla como la mejor de la plantilla. “Todavía lo estoy asimilando, no me creo que me den a mí, una extranjera, un premio a nivel de Estado”, recalca.

A Josune le sale “ser cercana” y “si nos tenemos que dar un abrazo nos lo damos de verdad, no de medio lado”. “Vengo de donde vengo” y ese sello parece haber dejado huella entre sus alumnos estadounidenses, de entre 11 y 14 años. Lejos de esa imagen autoritaria del docente sobre una tarima, Josune opta por la cercanía con su alumnado y parece que acierta.

Mudarse de Hondarribia, donde residía esta profesora de euskera, natural de Irun, con su pareja y su hijo a Logan, "a unas 20 millas de Idaho", fue fruto del espíritu aventurero de este trío, pero también de una decisión meditada y calculada. “Teníamos ganas de salir, de vivir en otro sitio, pero descartamos otras posibilidades antes de decantarnos por venir aquí por nuestro hijo”, explica.

Finalmente, fue a través del programa 'profesores visitantes', que consiste en impartir clases en institutos de primaria, secundaria y bachiller en Estados Unidos o Canadá por un tiempo limitado. En Logan esta familia vasca ha encontrado lo que les dijeron cuando les asignaron destino: “Me tranquilizó que fuera una ciudad universitaria, muy segura y familiar”, pero a pesar de estar “muy bien aquí, la idea “es volver a Euskadi, allí tengo mi plaza, mi familia y los amigos”.

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