Centenario de Eduardo Chillida, el 'arquitecto del vacío': "Mi aita era denso, una persona bien asentada"
Eduardo Chillida es el padre de 'El peine de los vientos' en su San Sebastián natal
El artista donostiarra falleció en 2002
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El día que nació Eduardo Chillida (1924-2002), el temporal azotó con tanta fuerza la costa donostiarra que algunos barcos se hundieron irremediablemente en la bahía. Esa anécdota era una de las que le gustaba recordar al artista guipuzcoano, conocido como ‘el arquitecto del vacío’. Este 10 de enero de 2024, Eduardo Chillida cumpliría 100 años.
El padre de ‘El Peine del Viento’ (1977), uno de los iconos de San Sebastián, su ciudad, será recordado con un amplio programa de publicaciones, exposiciones, conciertos y actividades culturales, organizadas por la Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce, a lo largo de todo este 2024 y que arrancarán, precisamente, este mismo miércoles 10 de enero en el Teatro Victoria Eugenia. La cita unirá danza, música, filosofía y arte
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El objetivo es recordar al artista vasco y divulgar su obra y sus valores. “Las personas se van, pero su obra queda y nuestra responsabilidad es mantener vivo su legado”, explica Luis Chillida, hijo del artista. “A los 10 años del fallecimiento de mi aita, le rendimos un homenaje, pero ahora creemos que es más bonito celebrar su vida”, añade.
Chillida falleció en 2002, dejando tras de sí una prolífica obra y una prolífica familia, junto a su esposa, Pilar Belzunce: Ocho hijos (cuatro chicos y cuatro chicas), 27 nietos e "iremos ya por 20 biznietos", pierde la cuenta su penúltimo vástago, Luis. "Tenemos la suerte de ser una familia muy grande y muy unida", se felicita.
De portero a escultor
Eduardo Chillida comenzó usando sus manos para parar balonazos como guardameta de la Real Sociedad, sin embargo, una lesión de rodilla le obligó a aparcar sus sueños futbolísticos y comenzar a emplear sus manos para esculpir piedra y hierro y convertir estos materiales en piezas artísticas ligeras. Su obra es fiel reflejo del gusto del guipuzcoano por los materiales consistentes y sólidos “que perdurasen en el tiempo y a los que el propio paso del tiempo pudiera imprimir sus cicatrices”, apunta Luis Chillida.
‘Eduardo Chillida 100 años. Lugar de encuentro’ es el nombre escogido para conmemorar esta efemérides que tendrá en el caserío Zabalaga de Hernani (Gipuzkoa) su epicentro, pero que recordará la figura del artista vasco y su obra, más allá de nuestras fronteras.
Chile, EEUU o Alemania recogerán exposiciones con motivo del centenario del nacimiento de este artista discreto y modesto que ha sido uno de los más importantes del siglo XX y cuya obra está presente en ciudades como Madrid, Berlín, Nueva York o París. Precisamente en la capital francesa es donde Chillida comenzó a trabajar en los años 40. Luis recuerda como su padre fue “conocido antes fuera que dentro de España”.
Chillida era “un creador de lugares” aunque a él eso de ‘creador’ le chirriaba, en numerosas ocasiones, repitió que “creador, solo es Dios”. El centenario de su nacimiento pretende poner en valor la obra pública del artista, que tenía sus raíces en el País Vasco, pero cuyas "manos abrazaron los horizontes de todo el mundo y los transformaron en lugares únicos para el encuentro de la sociedad". Su obra, representada en 45 esculturas que han transformado en lugar de encuentro el espacio público de ciudades tan dispares como Donostia, Barcelona, Helsinki o Washington.
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