Se tiran 25 pintxos al día en los bares de Bilbao: "Hay imprevistos que hacen que sobre comida"
Bilbao Circular es un proyecto de Elika, Gobierno Vasco y Bilbao Dendak
Nueve establecimientos hosteleros y comercios han participado en el programa piloto contra el despilfarro
La cadena alimentaria vasca desperdicia al año 244.972 toneladas
Desde una esquina bilbaína, con vistas al Palacio de Justicia, los Jardines de Albia y, un poco más allá, Sabin Etxea, se ve la vida pasar con aroma a café con leche. El Café Iruña, en pleno corazón de Bilbao, cumple 120 años y su barra de pintxos hace las delicias, a diario, de autóctonos y visitantes. “Hacemos entre semana 800 pintxos al día y los fines de semana en torno a 1.200”, explica Amaia Aseguinolaza, socia del grupo Iruña.
Con ese volumen y dado que un estudio reciente concluye que los bares y restaurantes de Bilbao desperdician entre el 5% y el 15% de los pintxos, es decir, que tiran a la basura entre 1.200 y 4.000 euros al año, cabría pensar que el Iruña despilfarra un montón de pintxos y de dinero. Pero, no es así, “nos han calculado que tenemos unos tres kilos al día de desperdicio de alimentos y eso supone unos 25 pintxos”.
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Sí, porque estos pequeños manjares, “una vez expuestos en la barra no se pueden reutilizar”. Por eso, a pesar de que en este establecimiento tienen la cocina abierta para ir elaborando los pintxos a demanda y de que tienen una estimación del consumo en función del día de la semana, lo cierto es que “hay imprevistos que hacen que sobre comida”.
Nueve negocios contra el desperdicio
Para tratar de reducir al mínimo el desperdicio alimentario, el Café Iruña es uno de los nueve establecimientos hosteleros y comercios bilbaínos que han participado en el proyecto Bilbao Circular, puesto en marcha por la Fundación Elika, el Gobierno vasco y Bilbao Dendak.
“Lo más interesante es que te miden durante varias semanas cuánto desperdicias, de qué tipo de comida y luego te ofrecen alternativas desde pautas en la compra, hasta el almacenamiento”, explica Amaia. Se trata de dotar de herramientas para favorecer la prevención, reducción y revalorización de los excedentes, en aras a mejorar su competitividad, la sostenibilidad y el cumplimento de la legalidad.
En este sentido, ofrecen un asesoramiento individualizado a cada uno de los establecimientos que se anima a participar de Bilbao Circular para detectar dónde radica el origen de sus excedentes de comida y cómo atajarlos. No solo bares, también fruterías o comercios de alimentación de toda índole. “Entre otras cosas, estamos tejiendo acuerdos con residencias o bancos de alimentos para dar salida a algunos alimentos”, explica Arantza Madariaga, gerente de Elika. Pero no se trata sólo de qué hacer con lo que sobra sino de evitar que sobre.
El objetivo es ir ampliando el número de negocios que se adhieran a Bilbao Circular, pero que la concienciación trascienda más allá del comercio y la hostelería, para llegar también al resto de la ciudadanía porque se calcula que al año cada uno de nosotros desperdiciamos 40 kilos de comida. “Hay que comprar, consumir y pedir comida en los restaurantes, por ejemplo, de forma razonable”, dice Madariaga.
Según dicho estudio, la cadena alimentaria vasca desperdicia 244.972 toneladas, de las cuales el 57% se desperdician en los hogares, el 26% en la distribución y el 12% en hoteles, restaurants y cafeterías. Además, el 37% de lo que se desperdicia en estos tres eslabones de la cadena es comestible.
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