“En nuestras cocinas preparamos las recetas de siempre, tradicionales, mediterráneas y con sabores típicos de cada región, platos que los pequeños conocen y disfrutan comiendo”. Así se presenta Serunion, la empresa encargada de servir los menús de algunos comedores escolares de Euskadi, en su página web. Pero, lo cierto es que esta empresa está en el punto de mira de las familias de muchos de esos pequeños desde principio de curso. Larvas, plásticos y carne con sabor ácido en la comida son algunas de las denuncias que se han realizado desde distintos centros escolares vascos y riojanos desde septiembre.
Hoy mismo, muchos de los 400 alumnos de la ikastola Langile de Hernani (Gipuzkoa) que a diario almuerzan en el centro, han acudido con la comida preparada de casa y se han negado a probar el menú escolar. La desconfianza se ha instalado entre muchas de las familias que no quieren arriesgarse a que sus pequeños coman lo que prepara Serunion.
Entre los presentes se relatan problemas con algunos de los niños que padecen alergias y se apunta a la escasa calidad de la comida. “Hay incertidumbre y mucha desconfianza”, apuntaba la jefa de estudios de la ikastola guipuzcoana, Aintzane Roma, a Radio Euskadi.
A poco más de 90 kilómetros, en la ikastola Ikasbidea de Durana (Álava) la pasta, que elaboró esa misma empresa y que a punto estuvo de servirse el pasado 22 de septiembre, venía aderezada con larvas. Los análisis confirmaron la presencia de “microorganismos” y el Gobierno Vasco sancionó con una multa económica a Serunion por una “infracción grave”. La semana pasada, de nuevo un problema en el menú obligó a retirar el plato de filetes de ternera en salsa porque “tenían un sabor ácido” y los 500 alumnos que hacen uso del servicio de comedor tuvieron que contentarse con una sopa.
Desde la AMPA de este centro alavés se mostraron preocupados porque “no sabemos qué están comiendo nuestros hijos”. Estas familias denunciaban tras el primer incidente no saber a qué se está esperando el Gobierno Vasco para romper el contrato con esta empresa porque “la multa le va a hacer cosquillas”. La empresa ha elegido hasta ahora el silencio como respuesta.
Mientras en la vecino comunidad de La Rioja, se producían incidentes similares con la presencia de larvas en alguno de los menús y la denuncia de la aparición de plásticos en la comida de los comedores escolares de Haro y Lardero, la ikastola Langile de Hernani (Gipuzkoa) se suma a las denuncias.
Esta misma mañana una decena de familias cuyos hijos cursan estudios en la Langile Ikastola se han apostado a la entrada del centro con un cartel en el que, en euskera, podía leerse: Servicio digno y saludable para nuestros hijos. Al llegar el camión, en el que transportan a diario la comida elaborada en las cocinas centrales de Logroño hasta el centro educativo guipuzcoano, el propio chófer ha tenido que apearse para retirar la pancarta que el impedía acceder al interior.