Así reaccionan unos ciclistas vascos ante el inesperado encuentro con un oso en Rumanía: "Hemos visto 11 osos, éste fue el primero y nos asustamos"
El grupo de ciclistas de Karrantza (Bizkaia) se topó con el oso durante un viaje en bicicleta por Rumanía
Optaron por seguir adelante caminando con sus bicicletas en la mano, sin perder de vista al animal que no les quitaba ojo
Estudian medidas para alejar a un oso joven que se pasea por diferentes pueblos de Cantabria
A los vascos se les presupone con arrojo y hasta un punto de fanfarronería. Es uno de esos clichés rodeados de exageración y generalidad que, a tenor de esta historia, tal vez esconda algo de verdad. Un grupo de cuatro ciclistas de Karrantza (Bizkaia), "amigos de toda la vida", se encontraban de viaje por Rumanía cuando el pasado día 9 en mitad de una carretera se toparon con un oso. Cuando la mayoría de los mortales ante un plantígrado hubiera decidido recular y buscar un camino alternativo, ellos optaron por reaccionar así.
Sin entrar en pánico y sin quitar ojo al animal, deciden seguir su camino. "Lo hicimos con mucha cautela", advierte Joserra García, que junto a Javi, Hugo y Paco protagonizó este sorpresivo encuentro. Los cuatro estaban avisados de la presencia de osos en esa zona, de hecho "nos llegó una alerta al móvil", pero encontrarlo tan cerca, al segundo día de estar recorriendo el país, "asusta".
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Uno de los ciclistas graba la escena y el audio recoge las dudas iniciales sobre si sería más conveniente continuar sobre las bicis o mejor hacerlo andando, pero el ciclista que encabeza la marcha opta por bajarse y caminar ‘parapetado’ por su bicicleta porque “en un momento dado le tiras la bici”, propone uno de ellos.
Conscientes del peligro que entraña estar tan cerca de un animal salvaje de esa envergadura, los vascos caminan despacio con continuos llamamientos a la calma: “No corráis”, repite uno de ellos. “No tenemos ninguna prisa a ver si nos va a joder un puto oso”, exclama otro.
"Igual solo quiere olernos"
En un momento dado, el oso que ha permanecido aparentemente tranquilo contemplando la escena desde el otro lado de la carretera comienza a moverse y el grupo se asusta y para. “Igual no quiere nada, más que olernos”, anima uno de ellos al resto.
Justo en ese instante, se escucha el motor de un vehículo que circula por el carril derecho, el más cercano al oso. Los ciclistas le piden con gestos que pare y le indican que pase despacio. Momento que ellos aprovechan para reiniciar la marcha y dejar atrás al oso.
Sorprendidos ante la repercusión que ha tenido el vídeo en redes, Joserra desvela que "éste fue el primer oso que vimos y asusta", pero que en los 10 días que han pasado recorriendo con sus bicis esta zona de Rumanía "con el equipaje en alforjas y durmiendo en pueblos del camino", el grupo de amigos se ha topado con hasta "11 ejemplares distintos".
Las imágenes han llegado a las redes sociales y las reacciones de quienes las han visto no se han hecho esperar. Desde bromas del tipo: “Vascos, como no”, “Me parece demasiado arriesgado el acercarse, se nota que son vascos” o “Ese oso no sabe de la que se ha librado. Quedarse ahí en el borde de la carretera al paso de unos vascos es una temeridad”, a críticas por una actuación que consideran una “imprudencia” porque “no deberían haberse bajado de las bicis” y de haberlo hecho, “tendrían que haberse quedado quietos sin darle la espalda y esperar a que el oso se fuera”.
Al margen de la inesperada repercusión de este encuentro, Joserra huye de clichés y se queda con las buenas sensaciones que le han quedado tras esta escapada por Rumanía. Admite que a los cuatro les ha encantado, "sobre todo, la zona natural y los pueblos medievales".