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De flores, de estampado geométrico, con la baldosa de Bilbao o con los colores de la bandera LGTBI. La variedad de broches inspirados en Marijaia, el mítico personaje de la Aste Nagusia bilbaína, abarca hasta donde llega la imaginación de su creadora, Matilde Tamayo. “Lo que más me divierte es combinar las telas y elegir los complementos”, apunta esta artesana que este año ha batido récords de fabricación de ‘marikaias’: “Sueño con ellas”, bromea.
Armada de su inseparable pistola de silicona, esta “McGyver” bilbaína lleva años diseñando estos originales broches que levantan pasiones. Una tarea nada sencilla ya que cada broche le lleva una media de 45 minutos, “eso teniendo ya todas las piezas cortadas”.
Cada 'marikaia' mide unos 9 centímetros, está pintada a mano y se compone de seis piezas a las que hay que sumar el vestuario: camisa, falda, lazo, pañuelo, flor y pelo. Precisamente, el ensortijado pelo rubio de Marijaia es el secreto mejor guardado de esta artista. “No es pelo natural, lo elaboro yo”, se enorgullece mientras guarda celosamente esta información.
Admite que la primera muñeca que hizo, por encargo de una amiga, le salió “feísima” y sonríe al reconocer que el personaje de Marijaia es, en realidad, “poco agraciado”, aunque ella está enamorada de sus ‘marikaias’. Tanto, que a veces hasta le da pena deshacerse de ellas. "Abro la caja y las veo con sus bracitos en alto, como si estuvieran detenidas, y me las quedaría todas", reconoce entre risas.
El precio de cada broche es de 15 euros y desde hace unas semanas ya se pueden adquirir online a través de la página web www.marikaia.com.es, donde Matilde ofrece nueve modelos diferentes. Además, tres tiendas bilbaínas se han interesado por comercializarlas en sus establecimientos de Askao, Bidebarrieta e Iparraguirre.
Desde hace semanas el trabajo se ha intensificado para ésta manitas y “me queda lo peor”. La Aste Nagusia bilbaína arranca el próximo 19 de agosto y sabe que durante las fiestas son muchos a los que se les antoja hacerse con la figurita del personaje festivo. Eso le supone zambullirse aún más horas en sus cajas de fieltros, goma eva y bolitas de poliespan.
Su éxito es tal, que ya le han empezado a llegar solicitudes para ampliar su abanico de personajes. Desde la limítrofe, Álava le han pedido que empiece a crear broches de Celedón y en Sondika, municipio vizcaíno en el que trabaja, han ido más allá: “Tengo pendiente idear un personaje para las fiestas y vaya sí lo voy a hacer”, advierte.
Pero por ahora, esta dependienta, profesora de costura y bordado y, por si no fuera suficiente, madre de decenas de ‘marikaias’ se centra en ellas. La dejamos en su taller dando vida a una de sus figuritas que estos días lucirá abrochada al pecho de alguna bilbaína o bilbaíno de pro.