Markel tiene 9 años. Padece una parálisis cerebral y epilepsia derivada de su enfermedad. No sujeta la cabeza, no se mantiene en pie y tampoco se sienta.
El pasado lunes a las 11 de la mañana, le dieron el alta en el Hospital de Cruces en Barakaldo tras someterle a una operación de cadera.
Como es habitual, una ambulancia le iba a trasladar hasta su hogar en Santurtzi. Lo que hubiera supuesto media hora de espera y unos 20 minutos del trayecto a casa, se convirtieron en una odisea.
Iris, madre de Markel, cuenta a NIUS, que tuvieron que esperar 12 horas en el centro hospitalario hasta que consiguieron el vehículo sanitario.
“Fue agobiante y muy estresante. Markel acabo muy cansado. Al principio te los tomas con filosofía. Sabes que hay muchas quejas por lo de las listas de espera. Pero doce horas es indignante", cree esta madres
Iris asegura que Pediatría de Cruces llamó en varias ocasionesa lo largo de esas horas a la empresa que se encarga de este tipo de traslado de enfermos no urgentes.
Pero, “no cogían y la enfermeras no podían estar continuamente llamando ya que descuidaban a los niños hospitalizados".
Hacia las 8 de la tarde, Markel y sus padres pensaron que acababa el calvario. Falsa alarma, la ambulancia que le habían asignado no estaba equipada para asegurar el traslado.
“No portaba la tabla necesaria para moverlo de la cama a la camilla. Nos pareció increíble. Es una información que deben de dar cuando se solicita el tipo de ambulancia. El niño debía ir inmovilizado”, se queja Iris.
Markel no llegó a su casi hasta casi las 12 de la noche. Los padres del niño se sienten aún muy enfadados por la experiencia vivida. Su denuncia pretende ser una llamada de atención para que situaciones como estas dejen de ser noticia.
"Hacerlo público es necesario, hay que visibilizar que no se están haciendo las cosas bien y que ésta no es manera de dar un servicio sanitario", afirma Iris.
Este mismo jueves , el responsable de la empresa de ambulancias ha llamado a la familia para disculparse. "Reconocen el error y nos han pedido mil disculpas. Las aceptamos. Sin embargo, me quedo con la sensación de que estas esperas son cada vez más habituales. Markel pasó la horas en una cama. ¿Qué hubiera pasado si hubiéramos estado en la sala de espera?, se pregunta.