La mujer asesinada en Vitoria "no se sentía en peligro" y quería retirar la orden de alejamiento contra su pareja

Maialen Mazón había quedado a comer este pasado domingo con su familia, pero ni ella ni su hija Aitana de corta edad se presentaron. La alarma cundió entre sus familiares que se acercaron al apartahotel en el que se alojaban y encontraron su cuerpo con signos de violencia y a la niña, junto a él, en buen estado. Un crimen que ha consternado a la sociedad alavesa que esta mañana salía a la calle para condenar lo ocurrido.

La joven de 32 años asesinada en Vitoria tenía un expediente abierto como víctima de violencia de género y, sobre su compañero sentimental y presunto verdugo, pesaba una orden de alejamiento. Maialen, embarazada de gemelos, comunicó a la Ertzaintza hasta en dos ocasiones su voluntad de eliminar la orden de alejamiento que pesaba sobre su pareja porque "no se sentía en peligro" y "la relación no le generaba miedo", según ha informado el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka.

Traslado a Euskadi del detenido

Él fue detenido a la altura de Zaragoza cuando huía en taxi y permanece en dependencias judiciales de la capital maña a la espera de ser trasladado a Vitoria.

La investigación de la Ertzaintza se mantiene abierta, aunque el principal sospechoso del asesinato de esta vitoriana ha sido, desde el primer momento, su pareja sentimental Jaime Roca de 33 años. “En el primer visionado de las imágenes de las cámaras de seguridad los movimientos y gestos ya apuntaban a la pareja como posible autor”, apunta Erkoreka.

Este valenciano tenía antecedentes por violencia de género y una orden de alejamiento respecto a Maialen de 500 metros. Esa orden la “rompieron por ambas partes” el pasado mes de enero cuando ambos se registraron con nombre falso en un hotel de Vitoria. A los trabajadores les extrañó que entre ellos se llamaran con nombres distintos a los que habían usado para registrarse e informaron a la Ertzaintza.

Los agentes comprobaron que existía un expediente de violencia de género y que se estaba quebrantando el mandato judicial “al estar conviviendo en el hotel”. Según ha detallado el consejero de Seguridad, en aquel momento la víctima “confirmó” el expediente y la orden de alejamiento, pero dijo “que no se sentía en peligro y que trabajaban por la retirada de la orden”. La Ertzaintza redactó un atestado y comunicó al juzgado el quebrantamiento de la orden judicial.

"Estamos hablando de relaciones afectivas, que pueden ser patologizadas, en las que no siempre ocurre que la víctima en todo momento ve claro que tiene que estar protegida y defendida con respecto al presunto agresor", ha manifestado Erkoreka que ha añadido, "no es fácil proteger a una víctima más allá de la percepción de riesgo que la propia víctima tiene de sí misma".

La víctima llevaba meses residiendo en Castellón y no es hasta el 18 de mayo cuando la Policía Vasca vuelve a tener contacto con este caso. “La Guardia Civil de Burriana comunica que Maialen quiere trasladarse a Euskadi”, informa Erkoreka. La Ertzaintza para evaluar el riesgo se entrevista con ella que “ratifica el testimonio que dio en enero”, es decir, “que la relación no le generaba miedo”.