Los tendones, los huesos, los músculos, el cartílago, la piel, los dientes, las uñas o el pelo forman su estructura gracias al colágeno, la proteína que mantiene unidos todos estos tejidos y que es fabricada por las células de los fibroblastos. En definitiva el colágeno es el principal responsable de su firmeza, de su elasticidad y de su hidratación. Hacia los 25 o 30 años el organismo reduce la síntesis de colágeno, al igual que se produce en menor volumen o le afectan las actividades que lo desgastan en exceso o el sobrepeso. La buena noticia es que es posible incrementar los niveles de colágeno con la aplicación de cosméticos o ampollas y la ingesta de cápsulas formuladas con colágeno. En Uppers hemos consultado cuánto tiempo tarda el colágeno en hacer efecto y cuándo empiezan a ser visibles los primeros resultados.

Antes de meterse en materia es interesante profundizar un poco más en las funciones del colágeno. Por ejemplo, para formar las estructuras duras, resistentes y rígidas de los huesos las proteínas de colágeno se mezclan con sustancias y minerales como los cristales de calcio. En cambio, las estructuras de la piel que se asemejan a una red elástica se generan gracias a que el colágeno se entremezcla con la elastina. De este modo, hay diferentes tipos de colágeno en función del tejido del que forma parte y de las sustancias con las que se combina para dotar de ciertas capacidades como resistencia, firmeza a las presiones intermitentes, expansión y contracción o sostén y filtrado de sustancias. Así el colágeno se puede agrupar en cinco tipos: el primero se encuentra en los huesos, la córnea, la dermis y los tendones; el segundo en los cartílagos, en algunas estructuras de los embriones y en el humor vítreo del ojo; el tercero en los músculos o en las venas; el cuarto se encuentra en la piel; y el quinto, por ejemplo, en los órganos.

Con el paso de los años bajan los niveles de colágeno y con ello puede haber dificultades en la regeneración de los tejidos, por tanto, prácticamente en todo el organismo. Así, a partir de los 40, cuando se produce la mitad de colágeno que en la adolescencia, la piel pierde elasticidad y flexibilidad, el brillo del pelo se apaga, empiezan a molestar las articulaciones y los músculos, se reduce la visión, molestan las encías o se debilitan los dientes.

Los expertos destacan que en cierta medida se pueden restaurar los niveles de producción de colágeno con la ingesta de colágeno hidrolizado en polvo, en líquido o en cápsulas. Se le conoce así porque en el laboratorio ha sido necesario someter el colágeno a un proceso de hidrólisis donde se produce la ruptura de ciertas moléculas. Es la única manera en la que el organismo puede absorberlo. No obstante, es habitual que se comercialice en combinación con otras sustancias en función de dónde se tiene una mayor necesidad de contrarrestar las deficiencias de colágeno. De esta forma, para los músculos y articulaciones se formula con magnesio, un mineral que interviene en el proceso de formación de las proteínas y favorece el efecto del colágeno, o con ácido hialurónico porque actúa como lubricante para cartílagos y ligamentos para ayudar a recuperar la elasticidad y mejorar la movilidad.

La disminución de los niveles de producción de colágeno también se hace visible en la piel que empieza a perder firmeza, elasticidad y resistencia y en consecuencia se apaga, aparecen las arrugas y se vuelve flácida. En este caso, una solución son los cosméticos (sérums, cremas y mascarillas enriquecidas) y los suplementos que contengan compuestos que promuevan la producción de colágeno. Así en sus fórmulas los ingredientes básicos son los retinoides (derivados de la vitamina A), la vitamina C (un potente antioxidante) y los péptidos porque ayudan en la síntesis del colágeno y por tanto a la regeneración celular.

Ahora bien, lo que interesa es saber cuánto tiempo tardan en ser visibles los resultados de estos tratamientos que incentiven la producción de colágeno. Tal como aseguran los laboratorios, en el caso de la piel depende del tipo y del estado inicial del rostro. Sin embargo, lo habitual es que tras unas semanas de aplicación de un sérum o de una crema facial se perciban los primeros signos y unos resultados mucho más significativos cuando se cumplan los tres meses aproximadamente de uso constante y diario. Por su parte, los complementos alimenticios proporcionan resultados pasado un mes o tres meses tras el inicio de la ingesta. Por su parte, los dermatólogos son más explícitos y apuntan que la ingesta de colágeno se percibe a partir de las 6 u 8 semanas en las articulaciones pero a los 10 días en una mejora del cabello y en las uñas. En la piel “desde el primer día se nota una mayor luminosidad y energía, a los 15 días se percibe más hidratada y elástica y en cuestión de un mes mejora la firmeza”, explica una famosa dermatóloga.

Como puntualización, con el uso de los cosméticos de este tipo no suele haber rechazo o alergia a los ingredientes. No obstante, antes de apostar por un suplemento oral se debe consultar a un especialista, ya sea uno destinado a las articulaciones u otro a la regeneración de la piel, para evitar cualquier tipo de problema de salud o contraindicación.