Con el paso del tiempo los huesos se vuelven más débiles, sobre todo en el caso de las mujeres. Esto hace que sea necesario tener más cuidado con ellos, porque una pérdida de densidad ósea hace que aumenten las probabilidades de fractura, sobre todo en los casos en los que se desarrolla osteoporosis.
Además de la edad, uno de los factores de riesgo para desarrollar esta enfermedad es la falta de actividad física, por lo que esta se convierte en imprescindible para poder tener una buena salud y también unos huesos fuertes. En general, cualquier ejercicio es bienvenido a la hora de cuidarnos, de hecho, siempre es mejor hacer algún ejercicio, aunque no sea el perfecto para lo que buscamos, que ninguno en absoluto.
Mientras que los entrenamientos de bajo impacto, como el yoga y el taichí, no ayudan demasiado a mantener o incluso recuperar la densidad ósea, sí que pueden favorecer en otros aspectos, por ejemplo ayudando a tener un mayor equilibrio, lo que reduciría el riesgo de caídas, otros, como la natación y el ciclismo, tampoco son los más adecuados para cuidar los huesos, aunque sí que cuidan nuestro corazón. Lo mejor es escoger ejercicios en los que los músculos ejerzan tensión sobre los huesos.
Los entrenamientos de resistencia son aquellos que buscan ayudarnos a aguantar un esfuerzo el mayor tiempo posible. Existe la resistencia aeróbica, que permite realizar esfuerzos físicos durante largo rato, y la anaeróbica, que son ejercicios más cortos, pero de alta intensidad. Algunos de estos ejercicios pueden servirnos para aumentar nuestra densidad ósea, protegiendo así nuestros huesos frente al paso del tiempo.