Las líneas rojas para ser una buena madrastra: "No hay que aguantarlo todo para encajar"
La regla 222 que puede hacer que tu pareja salga de la rutina y recupere la chispa
"Estamos perdiendo el miedo a llamarnos madrastras"
Con más de diez años de experiencia en familias enlazadas, Berta Capdevila y Aina Buforn han escrito la guía definitiva para ser una madrastra libre de tópicos
Berta Capdevila y Aina Buforn son las autoras de 'Manual para la Madrastra Moderna' (Alfaguara), el primer libro de esta temática que se publica en España, pese a que el rol de madrastra aparece desde los albores de nuestra cultura en los cuentos infantiles.
Como explican sus autoras, esta guía es el resultado de la experiencia personal de sus creadoras, ambas madrastras, pero también de su experiencia profesional durante más de 10 años trabajando con miles de mujeres desde la plataforma Ser Madrastra (@ser_madrastra), hoy una comunidad compuesta por más de 8.000 personas fundamentales en eso que se llama 'familias enlazadas', unidades compuestas por una pareja con hijos anteriores a esa unión. En España, según el INE, hay en torno a 800.000 familias enlazadas. ¿Cuánto ha cambiado el concepto de madrastra en los últimos años? ¿Qué se espera de ellas? De todo ello, de cómo la madrastra de los cuentos infantiles ha ido evolucionando en la vida real, trata esta entrevista.
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Antes de escribir este libro, habíais creado la plataforma Ser Madrastra, ¿qué querías conseguir con ello?
Cuando empezamos con nuestras parejas, no había información, ni grupos de apoyo ni terapeutas especializados que pudieran acompañarnos en los retos de crear una familia con hijos anteriores y lidiar con todo el conflicto y el dolor de una separación. Además, el entorno social muchas veces era hostil. Por ejemplo, más de una vez nos vetaron el acceso al colegio de nuestros hijastros sencillamente por ser madrastras. Nuestra experiencia como hijastras y madrastras nos llevó a crear el primer espacio de divulgación y apoyo para madrastras en España, que hoy se ha convertido en una comunidad de más de 8.000 madrastras.
En Ser Madrastra ofrecemos información sobre las dinámicas reales de las familias enlazadas, trabajamos para normalizar los nuevos roles familiares como es el de la madrastra, hemos creado una gran red de apoyo mutuo y ofrecemos acompañamiento individual y en pareja.
Hemos escrito el libro que nos gustaría haber encontrado cuando empezamos a ser madrastras
¿Por qué os decidisteis a dar un paso más escribiendo este libro?
Cuando nos convertimos en madrastras y nos dimos cuenta de lo difícil que era, descubrimos que no había ningún tipo de apoyo para nosotras: ni libros, ni profesionales especializados, ni grupos de apoyo… nada.
Tuvimos que hacer nuestro proceso en solitario y, después de haber superado muchas dificultades y haber ayudado a miles a madrastras a superar las suyas, hemos querido escribir el libro que nos habría gustado encontrar cuando empezamos en este camino. Un libro que acompañe, que sea una ayuda real y que ponga humor al cuento de las familias enlazadas, para que ninguna madrastra vuelva a sentirse loca o sola.
Tradicionalmente, las madrastras han tenido muy mala fama como se ve en la mayoría de los cuentos infantiles. ¿Creéis que la sociedad ha superado esa especie de animadversión?
Cada vez más gente está superando este rechazo y eso se debe, en gran medida, a que muchas estamos perdiendo el miedo a llamarnos madrastras. A pesar de que en las definiciones del diccionario se nos siguen atribuyendo intenciones malvadas para con los hijos de nuestra pareja, la realidad es que cada día es más fácil encontrarnos con familias que conviven con hijos no comunes. Todavía queda mucho estigma asociado al rol y mucho tabú alrededor de la madrastridad puesto que todavía se sostienen creencias anticuadas como que si hay una madre no puede haber una madrastra, cuando son roles que nada tienen que ver el uno con el otro.
Una madrastra puede desempeñar un rol fundamental en las familias enlazadas. ¿A qué retos se enfrentan?
Uno de los mayores retos es superar el estigma que lleva asociado su rol: el juicio externo, que los demás dejen de verla como una 'usurpadora' del lugar de la madre. Ser madrastra conlleva a menudo una gran carga de pedagogía para con la sociedad y el entorno. La mera existencia de la madrastra pone de manifiesto que la sociedad está cambiando, que las familias están cambiando y que puede haber un lugar para todos si abandonamos la idea de que el rol femenino en la familia solo puede ser material y ejerciendo cuidados.
¿Ser madrastra es un paso más y más complejo en la crianza de los hijos?
La madrastridad es un rol revolucionario si lo piensas. Dicho lo cual, encontrar tu lugar en la familia y que no necesariamente tenga que ir asociado a los cuidados o la crianza de tus hijastros es también un gran reto porque todavía se cree que si no crías es que no estás realmente involucrada en la familia. Y hay que entender que habrá madrastras que sí sientan ese apego y quieran involucrarse al máximo y habrá otras que se sientan más cómodas en otro perfil, sin que eso les reste valor en la familia enlazada.
¿Cuánto tiempo pasa entre que una mujer empieza la crianza de los hijos de su pareja y se convierte en un miembro aceptado de la familia?
Según Patricia L. Papernow, una experta mundial en familias enlazadas, suelen pasar entre cuatro y siete años desde que formas una familia enlazada hasta que logras sentirte realmente en familia y aprendes a moverte en este nuevo modelo familiar.
Si tuvierais que hacer el retrato-robot de la madrastra perfecta, ¿cómo sería?
Una mujer libre que es ella misma. Que ha abandonado los prejuicios externos, la culpabilidad y la vergüenza y se encuentra en su centro de paz. La madrastra perfecta es una persona de carne y hueso, y puede ser cualquiera de nosotras.
Las mujeres caen en el error de pasar por carros y carretas para ser aceptadas en el nuevo núcleo familiar
¿Cuáles serían sus líneas rojas?
Que no se tenga en cuenta sus necesidades u opiniones. Esto es muy habitual porque bajo la premisa de 'la recién llegada' no se termina de considerar a la madrastra como una persona de pleno derecho dentro de la familia. Y nosotras mismas caemos en el error también de tragar carros y carretas pensando que de esta forma nos van a acoger mejor en la familia enlazada.
¿Y no es así?
La realidad es que no porque nosotras terminamos quemadas y hemos mostrado una persona que no somos en realidad. Es muy fácil invalidar tu sentir o no encontrar la forma de compartir tus propios valores porque te sientes inadecuada y terminas cediendo espacios que luego cuesta mucho recuperar. Ahí hay una línea roja que toda madrastra debe marcar: no pueden estar todos por encima de tu bienestar. Es mucho más beneficioso para todos que seas tú misma y pongas tus propios límites que te cuiden. Y eso incluye saber hasta dónde quieres implicarte como madrastra.
Existe el mito de que para ser buena madrastra hay que querer a los hijos de la pareja como si fueran propios. ¿Qué pensáis de él?
Es hora de derribar esa fantasía. Puede haber mucho amor entre madrastras e hijastros, pero también puede no haberlo o tomar formas distintas y cambiar con el tiempo. Es hora de dar recursos realistas a las familias y poner en valor la gran variedad de vínculos que existen, ayudando a lograr que medie el respeto entre todos y se respete el ritmo de cada uno. Las familias enlazadas necesitamos aprender a valorar la diversidad, el aprendizaje y la madurez que nos aporta este modelo familiar en vez de tratar de replicar la imagen de familia ideal que nos venden en todas partes. Ser una familia 'normal' está sobrevalorado.