10 plantas que florecen en enero, resistentes y muy fáciles de cuidar

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La llegada del invierno, sus bajas temperaturas y las heladas también se presentan como una oportunidad para seguir disfrutando del porche, del jardín, de la terraza, del balcón e incluso del alfeizar de la ventana, gracias al colorido de las plantas que precisamente florecen en esta época del año. Unos minutos al día contemplando sus flores y el verdor de sus hojas o cuidando de ellas es una terapia perfecta y efectiva contra el estrés. En Uppers hemos recopilado las plantas que florecen en enero, resistentes y muy fáciles de cuidar para que te unas a este movimiento verde que proporciona tanta alegría visual.

Antes de liarse la manta a la cabeza comprando plantas, tierra, macetas… los expertos en el tema piden un momento de análisis y reflexión. En primer lugar se debe tener claro el espacio disponible: es suficiente el alfeizar de una ventana. En segundo lugar es indispensable saber las condiciones del lugar en lo que respecta a la luz (horas de sol directo o de sombra) y al clima (lluvioso o seco, temperaturas suaves o extremas, heladas nocturnas, etcétera). Con todo este cúmulo de datos ya es posible empezar a montar el jardín de invierno. Prepárate para empezar a aprovecharte de todos los beneficios que proporciona un jardín por pequeñito que sea.

Estas son las plantas que florecen en enero, que son muy resistentes al clima invernal y que además requieren pocos cuidados:

Pensamiento o viola

A pesar de la delicadeza de los pétalos del pensamiento se trata de una planta que florece en enero y mantiene su floración toda la temporada, ya se encuentre en una maceta o directamente se plante en la tierra. La clave está en que soporta temperaturas frías muy extremas e incluso las heladas nocturnas. Solo pide que la tierra sea suelta, un riego cada tres o cuatro días si no llueve y la luz directa del sol de invierno aunque también se acostumbra a ubicaciones en semisombra.

Ranúnculo

La flor del ranúnculo se confunde con las rosas pero no tiene nada que ver, lo primero porque es venenosa, de modo que en caso de mascotas mejor descartarla para evitar sustos. En planta alcanzan los 40 centímetros de altura y su floración comienza en invierno para aguantar hasta principios de la primavera. Le gusta un clima más bien caluroso para empezar a florecer y después un invierno suave y soleado, sin embargo, soporta que las temperaturas bajen hasta los -10º C.

Por este motivo son una apuesta perfecta para adornar macetas y el jardín en invierno siempre que el suelo sea rico, arenoso y que tenga un buen drenaje que evite los encharcamientos. Además, se puede planificar desde la primavera anterior plantando los bulbos de tamaño pequeño a unos 5 centímetros de profundidad y separándolos unos de otros en torno a 12 centímetros. Lo ideal es abonarlos cada 14 días aproximadamente desde esa plantación y en el verano regar la planta dejando entre 10 y 14 días de por medio desde que aparezcan las primeras hojas.

urillo o laurel salvaje

El durillo o el laurel salvaje se prepara durante todo el año para florecer en invierno. Ya sea en maceta o en la tierra directamente requiere un suelo que drene y mucha luz directa del sol aunque también le viene muy bien los espacios que quedan en sombra una parte del día. Aguanta las bajas temperaturas y solo hay que estar pendiente de las lluvias pues necesita agua una vez a la semana.

Las flores blancas son de pequeño tamaño y se agrupan en cúmulos que llaman la atención y aguantan en floración todo el invierno. Cuando termina la temporada es importante podar las partes secas de modo que el durillo coja fuerza para afrontar la floración del siguiente invierno.

Lirio de invierno

Muy común en el sur de España, el lirio de invierno es de floración temprana. En el verano se oculta bajo la tierra escondido en un bulbo porque no se lleva bien con las altas temperaturas. En cuanto llega el frío se desarrolla con un grupo de hojas alargadas y uno flor azul o violácea en solitario o agrupadas por pares para mostrar todo su esplendor. Resiste las heladas, prefiere los ambientes soleados y algo húmedos y es capaz de tapizar grandes extensiones.

Alelí

Como en los tipos de flores anteriores, el alelí cubre jardines y macetas en balcones y terrazas sin importarle las temperaturas bajas ni las heladas. Lo que sí necesita es una tierra suelta y que drene, mucha luz del sol y agua, de modo que hay que regarla cada tres días en caso de que no llueva.

Azalea

Aunque la azalea puede florecer en cualquier estación del año ciertos tipos son característicos del invierno. Tienen un punto en contra con respecto a otras plantas y es que su flor no se caracteriza por una larga duración. Los requisitos para que se muestre en todo su esplendor es un sustrato drene correctamente y que sea un tanto ácido al igual que mantenerlo con una humedad constante. De este modo hay que regarlas de forma regular pero sin encharcar el suelo o la maceta. El sol directo quema la planta por tanto la azalea requiere sombra parcial o filtrada.

Brezo

Las plantas de brezo se extienden por laderas y montañas y al terminar el otoño sus ramas espigadas se cubren de pequeñas flores moradas, rosas, amarillas o blancas. Esa belleza se puede trasladar al jardín o a las macetas del balcón con un sustrato un poco ácido manteniéndole húmedo pero no encharcado. Solo hay un inconveniente, el brezo es un exquisito; necesita unas ocho horas diarias de luz directa, sin que llegue a transmitir un calor intenso; y no le gusta el frío extremo. El brezo no sobrevive si la temperatura baja de los 5º C y tan solo resiste una helada esporádica.

Prímula obcónica

La prímula puede seguir floreciendo y echando hojas labradas y carnosas todo el invierno y hasta mediados de la primavera a pesar de que en las noches las temperaturas bajen de los -5º C. Si se quiere conseguir mantener la planta espectacular se aconseja añadir un compost específico para mantenerla bien nutrida, que el suelo drene, regar cada dos o tres días y colocarla para que reciba la luz del sol de forma directa.  

Boca de dragón

Hasta las dos metros puede medir de alto la planta boca de dragón. De este modo, en caso de cultivarla en maceta necesita que sea de grandes dimensiones. Requiere de un riego regular pero no abundante y prefiere las zonas luminosas expuestas a unas cuatro horas diarias de luz directa del sol. A pesar de florecer en invierno no sobrevive a las heladas o a temperaturas excesivamente bajas.

Westringia fruticosa

Este arbusto de hojas pequeñas, estrechas y de color verde grisáceo, similares a las del romero común, en enero se llena de pequeñas flores de color blanco y azulado. Admite vivir en tierra o en maceta pero expuesta a la luz solar. Lo que no le conviene son las zonas de clima extremo ya que no tolera que la temperatura baje de los 6º C. Una opción es mantener la Westringia fruticosa en un porche acristalado en el caso de áreas muy frías o que sufren heladas nocturnas.