De supermodelo al Elíseo pasando por la industria de la música. Así puede resumirse el curriculum de Carla Bruni, la maniquí que después de una agitada vida sentimental -Mick Jagger fue una de sus parejas-, terminó recalando en los brazos de Nicolas Sarkozy poco antes de ser presidente de Francia. Con él tuvo a su única hija y con él decidió apostar por su carrera musical. Pero Bruni es inquieta y a sus 56 ha hecho algo inesperado.
Carla Bruni ha copado los titulares del último desfile de Victoria's Secret. La antigua supermodelo cerró el desfile, consciente de haber marcado un hito. Como explica en la publicación Page Six, afirma que ha sido "la primera y última vez" que va a aparecer en esta mediática pasarela. "¿A mi edad? Es muy excitante y también muy demandante porque, la verdad, no importa lo acostumbrado que se esté a la pasarela, siempre es complicado. Pero está muy bien convertirse en Ángel. ¡Al fin tengo alas!", asegura en este medio.
La modelo y cantante echó de menos a su marido durante el show. "Me hubiera encantado que hubiera estado, pero quizá le hubiera dado un ataque al corazón", afirma con humor.
Carla Bruni empezó su carrera como modelo en 1987, a los 19 años. Proveniente de una familia de músicos y artistas (su madre era concertista de piano y su hermana es la actriz Valeria Bruni-Tedeschi), la entonces maniquí entró por la puerta grande de la moda. Formó parte del grupo de las supermodelos, junto a Cindy Crawford, Claudia Schiffer, Linda Evangelista, Naomi Campbell y Christy Turlington, y fue imagen de las mejores casas de moda, de Chanel a Dior, pasando por Saint-Laurent y muchas más.
Le faltaba estar en un desfile tan icónico como el de Victoria's Secret, la marca de lencería que ha logrado empoderar la ropa interior como un accesorio de moda. Bruni ha admitido que ha tenido que cuidarse antes del desfile, pero que no ha sido nada muy distinto a los hábitos que ya practica. "A los 56, la vida es mucho más tranquila y austera. Apenas bebo, como mucho, una vez al mes. Trato de dormir muy bien y hago mucho ejercicio", asegura.
Sobre su experiencia en el desfile, la califica de "maravillosa". "El equipo es estupendo, charlamos, nos reímos... Es lo bueno de la moda: el trabajo en grupo con gente divertida", explica. Sin embargo, el ambiente de los desfiles no termina de tentar a Bruni, que prefiere seguir con su carrera musical.