A sus 74 años la diseñadora Vera Wang se ha convertido en una incógnita para muchos. En cada aparición que hace, más allá de sorprender con sus estilismos, que lo hace, llama la atención lo bien que se conserva, algo de lo que ella misma es consciente. Hablaba de ello en una entrevista hace unos meses con Elle en la que afirma sentirse “muy halagada de que la gente piense que he envejecido bien, pero nunca fue mi objetivo. Se ha hablado mucho sobre mi envejecimiento. Solo espero que no reemplace mi trabajo. Saca a relucir el tema de la discriminación por edad y no quiero que me encasillen”.

Y claro, poco a poco se ha buscado cuál es el secreto de la eterna juventud con el que parece que la diseñadora ha hecho un pacto. Solo hay que recordar sus fotos en ropa de deportiva durante el confinamiento mostrando un tonificado abdomen que no pasó desapercibido para sus fans.

Lo que ocurre es que ese secreto es del todo inesperado, probablemente lo que menos te esperabas como elixir de la juventud. Hace solo unos días declaraba a Page Six Style mientras hablaban de su apariencia que cada día se come una hamburguesa y unas patatas del McDonald's.

“Me paso comiéndolo dos semanas todos los días y luego cambio”, revelaba sobre su dieta, de la que afirma que nunca ha cuidado en exceso, sino al contrario, no se ha privado ni de sus caprichos ni de sus antojos. Pero es que no es la única franquicia a por la que se le hace la boca agua, también son frecuentes sus pedidos a Dunkin’ Donuts. “Me gusta el relleno de crema y cubierto de azúcar. Es como una rosquilla de gelatina, pero es crema de vainilla por dentro. También me gusta la rosa con virutas”, ha llegado a decir en alguna ocasión.

Cuando en 2020 sorprendió a sus seguidores con su abdomen tonificado también fueron muchos los que se preguntaron cuál era su secreto a los 70. “¿Qué bebe? ¿Sangre de unicornio?”, llegaron a preguntarle. Ella, ni corta ni perezosa, respondió a sus seguidores que una copita de vodka cada tarde no le falta, sobre las siete, cuando ya ha terminado de trabajar.

Pero más allá de los más que sorpresivos hábitos a los que ella achaca su buen estado físico, también señala que el llevar toda la vida trabajando también tiene mucho que ver. “Trabajo muchas horas, he criado a dos hijas. Mantenerme ocupada es el mejor remedio para tener una buena salud”, explica.

Además, dormir es una parte muy importante de su vida y la diseñadora valora, y mucho, su descanso. Por lo general intenta dormir sus nueve horas al día, aunque en ocasiones le toca descansar menos, pero nunca menos de seis horas. Y a ello, para evitar arrugas, intenta que el sol no tueste su piel, solo lo necesario para obtener la vitamina D, manteniéndola bien protegida. Su cóctel de la juventud está claro: McDonald's, trabajar, donuts, un vodka y descansar lo que su cuerpo le pide.