Todo empezó a finales de los ochenta, en el rodaje de una de esas habitualmente denostadas películas pensadas para televisión. El título, 'Lemon Sky', basado en la obra homónima de teatro firmada por Lanford Wilson, pasó sin pena ni gloria a la historia del audiovisual estadounidense, pero marcó un importante hito personal en dos de sus actores. Fue en su rodaje donde surgió el amor entre Kevin Bacon, que daba vida al adolescente protagonista, y Kyra Sedgwick, siete años menor que él y con un papel más secundario en el telefilme. Dio entonces comienzo un romance que se ha prolongado durante tres décadas y media.

Bacon ha contado que, realmente, ambos ya habían coincidido antes, cuando él trabajaba en teatro y ella, de solo doce años de aquella, fue a una sesión matinal de la obra que representaba. El hermano de ella le animó a que fuese a decirle al actor que le había gustado su trabajo, y se produjo así su primer encuentro. Pero fue en el mencionado rodaje, en 1987, donde ambos se conocieron de verdad. "Definitivamente no era mi tipo", pensó Sedgwick al verlo por primera vez, escena en la que haber recuerda haberse, eso sí, girado para verle el trasero cuando se fue.

Pese a ello y debido a la insistencia de él tras el rechazo inicial (invitaba a cenar a todo el equipo cada noche con el único objetivo de pasar tiempo con ella, que evitaba asistir), no tardarían en comenzar a salir poco después. El romance fue viento en popa, y el año siguiente, el 4 de septiembre de 1988, pasaron por el altar. Apenas han trascendido detalles sobre su boda, aunque los novios han compartido imágenes del acontecimiento en alguna ocasión. "Supe en mi corazón y en mi alma que él era la persona indicada. Nunca tuve una certeza semejante, antes o después", ha admitido ella sobre esa etapa inicial de su vida juntos.

En la luna de miel decidieron no tomar precauciones. "Nuestra política era que si tenían que llegar los niños, iban a llegar; lo que nunca imaginé era que iba a suceder con tanta velocidad", reconoce ella, que se quedó embarazada en la segunda semana de su viaje de novios. En junio de 1989 nacería su primer hijo, Travis. La pequeña de la familia, su hija Sosie, llegaría apenas tres años después, en marzo de 1992. El primogénito tiene un grupo de black metal, la benjamina seguiría los pasos de sus padres en el mundo de la interpretación, trabajando en series como 'The Closer, en la que coincidió con su madre', o 'Por trece razones'.

Treinta y cinco años después, la suya es una pareja anómala en el Hollywood de los romances fugaces y los divorcios sonados. Ambos han abordado en apariciones públicas los motivos por los que creen que su amor sigue gozando de buena salud. Tanto ella como él hablan a menudo de la necesidad de haber mantenido "viva" su relación y del apoyo, la admiración y el compañerismo que ha habido entre ellos en estas décadas. Esto último, especialmente, cuando sus hijos se hicieron mayores.

El sentido del humor ha sido crucial, en sus palabras. "Él es jodidamente divertido", ha admitido la ganadora del Globo de Oro sobre su marido. También tiene un papel destacado el sexo, o la capacidad de, tanto tiempo después, seguir descubriendo cosas del otro que desconocían. Sin ir más lejos, no fue hasta 2012 que averiguaron, gracias a un programa de televisión, que son parientes lejanos, primos novenos, concretamente.

De sus discusiones, que las hay, dicen que lo importante es que no suelen prolongarse. El mayor punto de fricción es encontrar la temperatura idónea para ambos dentro del coche, han bromeado alguna vez. Pero lo cierto es que en tres décadas y media ha habido también baches personales: uno de los más destacados, cuando en 2008 lo perdieron "casi todo" debido a la estafa piramidal perpetrada por Bernard Madoff. De ello sacaron una importante lección vital: "Si algo es demasiado bueno para ser verdad, sí, es demasiado bueno para ser verdad”, ha admitido Kevin.

Recientemente, la pareja ha celebrado su aniversario. El intérprete de 'Mystic River' recordaba la fecha hace solo unos días, rescatando una imagen antigua en la que ambos se abrazan. "Treinta y cinco años parecen un latido", apuntaba en la publicación, entre aplausos y felicitaciones de los seguidores de la pareja.