La mujer de Eduardo Zaplana, investigada, ha visitado a su marido en la comandancia de Valencia, donde el exportavoz del Gobierno del PP en el Congreso, ha pasado la noche con Vicente Cotino. La operación anticorrupción que ha terminado con el arresto del exministro, denominada Erial, ha dado al traste con toda una estructura de adjudicaciones, comisiones y millones ocultos del expresidente Valenciano.
Zaplana presuntamente adjudicaba a las empresas de su hombre de confianza, Juan Fancisco Gracía, y de la familia Cotinio concursos de ITVs o de eólicas, luego ellos le devolvían el favor en forma de comisiones que acababan en paraísos fiscales. El principal, Panamá, donde se ocultaban los fondos. Se gestionaban desde Uruguay y desde hace tiempo se habían empezado a repatriar a España, vía Luxemburgo.
El caso estalla gracias a la colaboración del corrupto, arrepentido, Marcos Benavent. Según él, un ciudadano sirio le dio unos documentos que había encontrado en su casa de Valencia, la misma en la que antes había vivido Eduardo Zaplana. Esos papeles estaban ocultos en un falso techo y acabaron en la Fiscalía hace dos años. Por ahora hay 13 investigados, incluido el expresidente del Parlament y exdelegado del Gobierno en Valencia, Juan Cotino.