La fórmula para reflotar a Vox en Madrid: empotrar a Abascal en el corazón rojo de Podemos

  • El ayuntamiento les niega el permiso para presentar su candidatura en Vallecas y Podemos llama a boicotearlos

  • Vox fía al 'efecto Abascal' la remontada con consignas contra la inmigración ilegal y la seguridad en los barrios

  • Los de Abascal buscan pescar votos en el cinturón rojo de Madrid donde el 10N consiguieron convertirse en primera y segunda fuerza

El CIS dice que están a cuatro décimas de desaparecer de la política madrileña víctimas del ‘voto útil’ a Isabel Díaz Ayuso, que más del 60% de sus votantes la prefieren a ella como presidenta frente a Rocío Monasterio, y que uno de cada cuatro de los suyos tiene claro que esta vez cogerá la papeleta del PP. Todas las encuestas publicadas reflejan una tendencia descendente en favor de Ayuso, -en torno al 7% y bajando-, así que en Vox han sacado la artillería pesada y han llamado al primo de Zumosol, a Santiago Abascal.

Si Rocío Monasterio por sí sola no puede movilizar a un electorado fronterizo con el del PP en Madrid, el que se tendrá que arremangar será Abascal como director de campaña. Igualito que Pablo Iglesias al rescate de Podemos en Madrid para alejar el peligro mortal de no tener representación en la Asamblea madrileña, sólo que él ha ido más allá presentándose como candidato.

La fórmula elegida para reflotar la marca Vox en Madrid es empotrar a Abascal en el corazón rojo de la Comunidad de Madrid, en Vallecas, “un barrio abandonado por Pablo Iglesias y la izquierda”

La fórmula elegida para reflotar la marca Vox es empotrar a Abascal en el corazón rojo de la Comunidad de Madrid, en Vallecas, “un barrio abandonado por Pablo Iglesias y la izquierda” dicen, donde la formación de extrema derecha presenta hoy su candidatura con todos los pesos pesados del partido arropando a Rocío Monasterio. El mismo lugar en el que Más Madrid y Carmena cerraron su campaña hace dos años.

Eso y fiarlo todo a una campaña en la que tirarán de todos sus grandes clásicos, “casas okupadas, atracos y violaciones y reyertas entre bandas de extranjeros", para intentar pescar votos en el cinturón obrero de la región donde en las generales del 10N fueron primera y segunda fuerza en muchos municipios y barrios. Fuenlabrada, Parla, Arganda, o los distritos de Vicálvaro o el mismísimo Ensanche de Vallecas. Una fórmula que les funcionó muy bien hace menos de dos meses en las elecciones catalanas y que calcarán en Madrid.

“Nosotros vamos a ir al cinturón rojo de Madrid donde fuimos primera y segunda fuerza en la mayoría de los municipios del Sur porque nuestro objetivo es que la izquierda pierda votos, no que los pierda el PP”, aseguran a NIUS desde la dirección del partido. “En las campañas solemos crecer bastante”, reconoce su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, el único que no estará hoy en Vallecas. Casado con Rocío Monasterio, dice que no quiere hacerle sombra porque en Vox “a diferencia de otros partidos, las mujeres se ganan el puesto ellas solas”.

Abascal llevará el peso de la campaña

Santiago Abascal se echa a la espalda la campaña de Madrid para cortar la sangría de votos que por primera vez hacen el recorrido inverso, de la extrema derecha al PP, para alegría infinita de Génova que confía que estas elecciones auparán a Pablo Casado hasta la Moncloa. El vicesecretario de acción política de Vox, Jorge Buxadé, reconocía hace unos días que estas elecciones son fundamentales para ellos porque “se juegan en clave nacional”.

La jugada concita no pocos riesgos y los populares asisten a ella con una mezcla de curiosidad perversa, preocupación y esperanza por lo que significa para su cruzada de reunificar el centro derecha. Detectan “mucho nerviosismo” entre los de Abascal, pero que Ayuso pueda gobernar en Madrid después del 4M depende de que Vox no se hunda. Paradojas de la política.

¿Qué hace este hombre? ¿Comparte el medio fracaso con Monasterio? Santi se ha quedado fuera de juego. Si Vox se la pega, ¿qué hace Abascal pagando la factura de Madrid?

“Vox no va a tener especialmente nada. Una cosa normalita. ¿Qué hace este hombre? ¿Comparte el medio fracaso con Monasterio? Santi se ha quedado fuera de juego. Si Vox se la pega, ¿qué hace Abascal pagando la factura de Madrid?”, se pregunta un dirigente popular buen conocedor de los entresijos de la política madrileña. Pero los estrategas de Vox creen que el paso adelante de su líder le refuerza como dirigente nacional frente a un Pablo Casado al que Ayuso “quiere ocultar” porque le resta apoyos. “Es la confirmación del liderazgo nacional de Abascal que se pone al servicio de España, su vida, su tiempo. Todo para impedir que el comunismo llegue al Gobierno de Madrid”, cuenta Buxadé.

Ni el PP ni Podemos quieren a Vox en Vallecas

El desembarco de Abascal y de su candidata Rocío Monasterio, la “tigresa de Madrid” como ella misma se ha autoapodado ahora, ha levantado ampollas a izquierda y derecha. La Junta de Distrito en manos del Partido Popular denegó ayer el permiso para presentar la candidatura por solicitarlo fuera de plazo. “Los actos de ocupación de vía pública se deben solicitar con un mes, al igual que se hizo la semana pasada con un acto de Más Madrid y como se ha hecho en este caso”, confirmaban desde el Ayuntamiento.

Vox se saltará la prohibición municipal porque aseguran que cuentan con el permiso de la Delegación del Gobierno que ha autorizado una “concentración”, lo que en principio impide a los de Abascal invadir la calzada, instalar un escenario o poner sillas.

Eso el PP. Podemos ha llamado a los suyos a boicotear la puesta de largo de Vox en lo que consideran su casa. “Vallekas no tiene que regalarle la foto que están buscando hoy los fascistas. Que repiquen las campanas, que en las ventanas suenen canciones antifascistas, que no haya nadie escuchando el discurso de odio. Y mañana vamos todos a desinfectar el suelo con lejía”, ha pedido Juan Carlos Monedero convencido de que lo que quiere en realidad Abascal es bronca y provocar para subir en las encuestas. Eso al partido de la testosterona también le funcionó en Cataluña.