Vox defiende la moción de censura como un deber ante un "gobierno de ruina y muerte"
Pablo Casado mantiene en suspenso su voto entre la presión de convertirse en lo que la formación de ultraderecha define como la "derechita cobarde"
Pablo Iglesias defenderá al Gobierno junto a Sánchez
Vox acusa al Gobierno
El diputado de Vox Ignacio Garriga ha abierto este miércoles el debate en el Congreso de la moción de censura que su grupo ha presentado contra el Gobierno defendiendo que "no es una operación de márketing" sino "un deber nacional" ante la "inacción" de otros partidos, en alusión al PP y Ciudadanos.
"No es una operación de marketing, es un deber nacional que asumimos ante la inacción del de resto de formaciones que por miedo o presos del cortoplacismo electoral quieren llegar a la Moncloa a lomos de una inercia que conlleva la ruina y la muerte", ha proclamado Garriga.
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El diputado ha comenzado su intervención dedicándose a desmontar las críticas que ha recibido la moción: que es una operación de márketing, que "refuerza la coalición socialcomunista", que "España no está para mociones de censura" o que una moción solo tiene sentido si se obtienen los votos para cambiar el Gobierno.
Garriga ha replicado que esos argumentos "no se sostienen fuera de las tertulias convenidas a determinados espacios políticos" y ha advertido de que el Gobierno no necesita una moción para reforzarse, porque "ya están los ofrecimientos de Ciudadanos para los Presupuestos o la actitud pasiva del PP".
A su juicio, PP y Ciudadanos "no se quieren dar cuenta" de que el Gobierno del "Frente Popular" comparte una agenda de la que no se va a apartar, una agenda que tiene el objetivo de "construir mayorías alternativas al orden constitucional para poner fin a la mayoría parlamentaria y al Estado de Derecho" y la "necesidad de pervertir y malear las instituciones para protegerse de sus responsabilidades criminales para poder llevar a cabo su objetivo".
Además, ha negado que la moción solo tenga sentido si obtiene los votos necesarios porque, a su juicio, eso solo es así "si lo que mueve es la adquisición de poder" y no para qué se quiere ese poder. "Puede que perdamos pero habremos transmitido los motivos que hacen necesario convocar elecciones y censurar al Gobierno", ha afirmado, añadiendo que "más perderán los diputados que mañana tengan que explicar a los españoles su responsabilidad en la continuidad de este desastre".
El diputado de Vox Ignacio Garriga ha acusado este miércoles a los miembros del Gobierno de ser "un puñado de traidores" que quieren "acabar con la Corona" y ha advertido de que Vox no lo "tolerará".
En su intervención para defender la moción de censura de su grupo en el pleno del Congreso, ha afirmado que el "veto" del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a que Felipe VI fuese a Barcelona para entregar los despachos a los nuevos jueces, confirma los "peores pronósticos, que están decididos a acabar con la Corona". "Pero no se lo vamos a permitir, no vamos a tolerar que un puñado de traidores que juraron o prometieron lealtad al Rey destruyan nuestro orden constitucional y manchen la imagen impecable de nuestro monarca", ha advertido.
Garriga, que ha repetido en este punto el 'estribillo' que ha introducido a lo largo de toda su intervención --"todo esto sería motivos más que suficiente para que cualquier diputado apoyara esta moción de censura"--, ha remarcado que el problema es que el Gobierno "vive de espaldas a los españoles".
"Mientras todos ustedes son aborrecidos por los ciudadanos al Rey Felipe VI le aplauden y le reconocen su trabajo en todos los rincones de nuestros país", ha aseverado. Es más, ha afirmado que "por cada desprecio de los traidores Sánchez e Iglesias" habrá "miles de españoles guardando la Corona y repitiendo 'viva el Rey'", una frase que ha sido respondida con 'vivas' desde su bancada.
Los momentos de la intervención de Ignacio Garriga
La crítica al matrimonio Montero e Iglesias en el Consejo de Ministros
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La acusación a Salvador Illa en la compra de productos sanitarios
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Dos visiones de España han confrontado este miércoles en el Congreso. El líder de Vox y candidato en la moción de censura que se ha debatido, Santiago Abascal, ha acusado al Gobierno de "incendiar" las calles del país y el presidente, Pedro Sánchez, ha reprobado a la "ultraderecha" su concepto de España, "de odio" y "furia". Entre los reproches de uno y otro, el PP y su líder, Pablo Casado. Ni él ni nadie de esta formación ha dicho aún en público cuál será el voto, la abstención o el "no", ya que el "sí" está completamente descartado. Aunque lo que hagan en la votación del jueves sus 88 diputados no alterará el resultado final de la moción, el fracaso, tanto Abascal como Sánchez han pedido a Casado que se posicione.
El líder de Vox, en esta primera sesión del debate, ha solicitado el apoyo, no ya para sacar adelante la iniciativa contra el Ejecutivo, lo que es inviable, sino para ir forjando una "alternativa cultural y territorial". El presidente del Gobierno ha solicitado a Casado que vote en contra, pues así cortará con la "ultraderecha" y se ubicará en un territorio en el que el presidente, además, buscará el entendimiento. Los dos, a su manera, han presionado así al líder del PP, partido que a 24 horas de la votación sigue sin desvelar qué hará y quién tomará la palabra.
Cuando ha acabado la intervención de Abascal, el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, ha comparecido ante los medios para lamentar "la pérdida de tiempo", "la tomadura de pelo" y "el espectáculo circense" que ha supuesto la moción de censura. A la pregunta sobre el voto no ha respondido. Las intervenciones de los grupos parlamentarios han seguido más o menos ese patrón, independientemente de la ideología, espectro político o circunscripción del diputado. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, ha empleado sólo un par de minutos de los 30 de los que disponía para remarcar que no contribuirá a engordar la "patochada" de la moción.
Los minoritarios han coincidido en rechazarla. Nueva Canarias, Coalición Canaria, Teruel Existe, el PRC (Cantabria), la CUP, EH Bildu y la propia PNV votarán "no", como también Cs, UPN o Foro, formaciones situadas en el centroderecha. A la espera de lo que digan los portavoces de las demás formaciones, todo apunta a que Vox se quedará solo en defensa de su moción.
De Abascal se han criticado muchas cosas: que si la moción no ha estado negociada, que no ha presentado un verdadero programa de gobierno, que retuerce episodios históricos o que la moción ha pasado de puntillas por la pandemia... En lo que han coincidido todos grupos es en denunciar su visión de país. El primero en hacerlo ha sido Pedro Sánchez. El presidente ha reprobado "el odio", "la furia" y "la intolerancia" que han recorrido los discursos de Abascal y de su antecesor en defensa de la moción, el diputado por Barcelona Ignacio Garriga. La moción, ha proseguido, ha resultado "un grave error", entre otras razones porque ha pretendido "torpedear" la unidad que el país necesita para afrontar la pandemia del coronavirus. España se encuentra inmersa en una segunda ola con altas tasas de contagios diarios y de hospitalizaciones.
Según la opinión del mandatario socialista, el debate de este miércoles en el Congreso se ha caracterizado por "la propaganda, el autoritarismo, la furia y el odio", y así, ha acusado a Abascal de "sembrar discordia y odio entre los españoles". Sánchez ha opuesto la voluntad ciudadana, que parará a Vox en las urnas, y la realidad social, que nada tiene que ver con "la España de Torquemada" que propugna Abascal.
Tanto Garriga como Abascal han culpado al presidente y al vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, de los fallecimientos durante la pandemia por inacción, de debilitar las instituciones, y en general, de "jugar a la subversión" y de "incendiar la calle". Con numerosas referencias al modelo bolivariano de Venezuela y a un cariz "socialcomunista" de la coalición, el líder de Vox ha acusado al Gobierno de haber "confinado" al rey, en tanto que el diputado catalán de esta formación directamente ha achacado a Sánchez "acabar con la buena imagen" de Felipe VI.
Para esta formación, la gestión contra el coronavirus por parte del Gobierno ha sido "criminal", también en las residencias de personas mayores, y ha mirado a China como origen de la pandemia. "Virus chino", ha dicho en varias ocasiones Garriga; "China debe pagar", han dicho Abascal y el diputado. Sánchez ha defendido la actuación de su Gobierno y ha reiterado que su prioridad es y será "salvar vidas". También ha salido en defensa del doctor Fernando Simón.
El terrorismo de ETA, los supuestos indultos a los presos del procès, la situación en Cataluña, el modelo económico han sido otros asuntos que han enfrentado a Sánchez y a Abascal. El debate continuará mañana y está previsto que en nombre del Gobierno intervenga Pablo Iglesias, lo que puede crear momentos de tensión en el hemiciclo. Tensión que salvo lances puntuales entre Vox y EH Bildu ha escaseado, lo que ha resultado sorprendente tras una serie de sesiones parlamentarias hostiles. Incluso ha habido instantes de humor e ironía. Abascal ha criticado hasta la forma de vestir de algunos ministros y diputados, lo que Sánchez ha replicado así: "Dirán que no es fascismo, sino estilismo".